El periodista argentino y activista por los derechos de la comunidad GLBTI, Bruno Bimbi, visitó Ecuador para compartir su experiencia como secretario de prensa y relaciones institucionales de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans.

Bimbi escribió el libro "Matrimonio igualitario. Intrigas, tensiones y secretos en el camino hacia la ley', donde detalla el paso a paso hasta conseguir que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio en Argentina. Desde la presentación pública de la campaña, el 14 de febrero del 2007, hasta la aprobación en la Ley, el 15 de julio del 2010.

En esta última fecha, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en aprobar el matrimonio entre una pareja del mismo sexo. Uruguay siguió luego ese camino y también lo aprobó. Estos hechos aún emocionan al también profesor de portugués y estudiante de la maestría en Letras de la Universidad Católica de Río de Janeiro y, además, líder de la campaña por la aprobación del matrimonio igualitario en Brasil, país donde este martes se acaba de aprobar el matrimonio homosexual. 

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El pasado jueves 9 de mayo, en una entrevista con este medio, Bruno Bimbi se muestra convencido de que en Ecuador se aprobará el matrimonio entre personas del mismo sexo, a corto o mediano plazo.

¿Cuál fue el primer paso hacia la aprobación del matrimonio igualitario en Argentina?

Una campaña pública, que empezó a mediados del 2006, pero que se oficializó el 14 de febrero del 2007, cuando una pareja de lesbianas pidieron un turno para casarse en el registro civil de Buenos Aires. Sabíamos que les iban a decir que no, pero fuimos con un escribano, con personalidades públicas que apoyaban la campaña e invitamos a todos los medios. Queríamos un registro de la negación y que la noticia esté en todos los medios. Lo conseguimos. El tema fue portada.

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¿Qué acciones legales se emprendieron?

Pusimos un registro de amparo ante la justicia para que se declare inconstitucional la ley que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo. Queríamos que la denuncia llegue a la Corte Suprema, nunca imaginamos que un juez de primera instancia se atreviera a autorizar un matrimonio entre una pareja del mismo sexo, nos equivocamos. El segundo paso fue presentar proyectos de Ley en la Cámara de Diputados y en el Senado. Buscamos legisladores que apoyen el proyecto, nos concentramos en reunir firmas de diputados de todos los bloques, conseguimos de la mayoría.

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¿Qué condiciones políticas promovió la Federación Argentina de GLBTI durante el debate previo a la aprobación del matrimonio igualitario?

Considero como "condiciones políticas" todos aquellos factores que pueden influenciar a favor o en contra de las decisiones sobre el país. Nosotros nos concentramos en que los medios de comunicación incorporen el tema en su agenda, en trabajar con los partidos políticos, seguir metiendo demandas en la justicia y creo que lo más importante fue que la Federación creció con personas de diferentes afinidades políticas.

En tres años de activa campaña hacia la aprobación en la Ley, ¿cuál considera el hecho más relevante para conseguir su objetivo?

El primer avance concreto se da cuando la jueza Gabriela Seijas, a finales de noviembre de 2009, cuando el debate estaba ya muy instalado, el tema estaba en los medios, habíamos conseguido que varias organizaciones se manifestaran a favor, la jueza falla a favor del cuarto caso que habíamos presentado. Sorprendentemente, ella firma una sentencia declarando inconstitucionales los artículos 172 y 188 del Código Civil y ordenando al registro civil que case a una pareja homosexual. Eso fue una bomba.

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¿Cómo influye ese hecho a los otros poderes del estado y a la sociedad civil?

Eso cambia el escenario en el Congreso. Había una jueza que decía que esa pareja se podía casar. El intendente de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, tenía que decidir si apelaba o no la sentencia. Macri es el referente de la derecha de Argentina, y en el pasado había manifestado expresiones homofóbicas, pero estaba en Buenos Aires y las encuestas decían que el 80% de la población estaba a favor del matrimonio igualitario. Fuimos a hablar con Macri y él no apeló. Lanzó una declaración pública diciendo que estaba de acuerdo. Mientras el Gobierno nacional aún no se había manifestado públicamente.

¿Cuál fue la reacción del Gobierno?

Lo de Macri no termina ahí. Se crea una tensión. Movimientos de la Iglesia y de otros grupos se manifiestan en contra y consiguen que otra jueza sacara una sentencia prohibiendo el matrimonio entre una pareja de homosexuales. Macri, presionado, decide prohibir el casamiento. Entonces la presidenta Cristina Fernández dice públicamente que aprueba el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

¿Cuál fue la reacción de la sociedad civil?

La prohibición de Macri solo regía en Buenos Aires. La pareja homosexual logró casarse en Tierra del Fuego, al sur del país, y fue noticia mundial. En tanto, la Iglesia Católica y otros grupos seguían metiendo recursos para prohibir los matrimonios, incluso el entonces cardenal Jorge Bergoglio, ahora Papa, se manifestó a través de una carta con términos muy duros en contra del cambio en la Ley, y donde incluía el término "guerra santa", en referencia su lucha en contra de esta reforma. Esto originó que muchos miembros de la comunidad GLBTI fueran atacados, pero también generó una ola de generosidad en la sociedad común.

¿Pasaron a verse como víctimas?

En cierto sentido. El debate, que estaba siempre en las portadas de los medios, generó visibilidad. Muchos salieron del clóset, entonces la gente ya dejó de ver a la homosexualidad como algo abstracto y pasaron a verlo como personas concretas. Mi amigo, mi compañero de trabajo, que es buena persona, qué mal que no lo dejen casar con su pareja. El tema se conversaba todas partes, eso fue importantísimo.

¿Considera entonces que el impulso primordial para el cambio legal vino de la sociedad civil?

Creo que se retroalimentan. Ningún legislador se iba a atrever a apoyar la reforma en Ley si no ven un respaldo de los ciudadanos, pero el debate se inició porque legisladores y porque la presidenta del país se manifestaron sobre el tema.

¿Cuál es su  visión sobre la posibilidad de la aprobación del matrimonio igualitario en Ecuador?

No tengo duda de que en Ecuador va a tener matrimonio igualitario. En 2013, 2015, no creo que más allá. Aquí el asunto es de qué lado Rafael Correa va a quedar cuando se escriban los libros de historia. De acá a 10 años los libros de historia van a decir que hubo un momento en que Ecuador aprobó el matrimonio igualitario. Y van a decir que Correa fue el último o uno de los últimos presidentes que negaron el matrimonio igualitario, y que después vino otro que lo hizo; o podrán decir que él que tuvo el coraje de impulsarlo.

En Ecuador se está debatiendo el cambio de género en la cédula de identidad, lo cual ya se practica en Argentina. ¿Considera que es un paso hacia la aprobación del matrimonio igualitario?

No, son cosas totalmente diferentes. Es un paso importante en el reconocimiento de los derechos de la comunidad GLBTI, pero nosotros no queremos cambiarnos el género para acceder al derecho del matrimonio. Queremos que dos hombres o dos mujeres, o un hombre y una mujer, todos por igual, accedan al derecho del matrimonio. Y eso, estoy seguro, va a suceder.