Enero tiene la reputación de ser “el peor mes del año”. Para más de uno resulta deprimente este mes, el cual llega justamente después del mes más movido de todos, es decir, de diciembre, que siempre aterriza con sus múltiples fiestas y reuniones de Navidad y fin de año.

Algunos dicen que enero los coge “chiros”, pues se excedieron de gastos en los festejos (porque compraron regalos, ropa nueva, comida elegante); otros bromean que enero dura como “80 días”, porque, al no tener un feriado o celebración de por medio, el mes parece eterno. En efecto, enero es un mes largo, de 31 días, pero no es el único (también lo son marzo, mayo, julio, agosto, octubre y diciembre).

¿Cuál es realmente el problema con enero?

Aunque varios puedan sentir sensaciones parecidas a la depresión, lo cierto es que es válido y común que por estos días más de uno realmente sienta emociones de pérdida o de vacío, puntualiza la psicóloga clínica norteamericana Margaret Wehrenberg.

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La mayoría de las personas tienen altos niveles de actividad generalmente en el tramo que va desde el Día de Acción de Gracias hasta el Año Nuevo... A menudo, las actividades tienen momentos intensos de diversión, deleite o alegría. Incluso si fueron más estresantes que divertidas, lo más probable es que uno haya tenido mucha actividad: los preparativos, la socialización, los viajes, las visitas familiares: cuatro o cinco semanas con mucho que hacer”.

Luego, de golpe y porrazo, todo se termina. De la noche a la mañana se sufre una pérdida de emociones. Se pierden las actividades que estaban llenando nuestros tiempos libres, se pierden esas excusas para reencontrarse con otras personas. Los momentos tan esperados (o tan temidos) ya se han ido.

“Lo que has ‘perdido’ en realidad es el alto nivel de actividad al que se te has acostumbrado durante diciembre”, recalca Wehrenberg. Es una emoción similar que surge al finalizar un gran proyecto o trabajo. “¿Alguna vez te has sentido extraño y sin cabos sueltos después de terminar un proyecto en la oficina? Tal vez te hayas sentido sorprendentemente deprimido al final del semestre en la escuela cuando pensabas que estarías tan contento de que la tarea hubiera terminado. Quizás te hayas sentido vacío al final de unas vacaciones, aunque estuvieras contento de estar en casa”.

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El origen del Blue Monday, el día “más triste” del año

Tal vez te sorprenda saber que justamente hay un día al año que es considerado el más triste. Pronto empezarás a ver en las redes sociales la etiqueta #BlueMonday o ‘lunes deprimente’, que en esta ocasión caerá el 15 de enero. Es una especie de bajón anímico y económico después de las festividades de diciembre. ¿Pero es real?

La respuesta es que hasta Wikipedia considera que esa es una afirmación ‘falaz’, que partió de una campaña publicitaria lanzada en 2005 por la empresa de comunicación estadounidense Porter Novelli, que decía que estamos tristes según una ecuación que incorpora una serie de factores:

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Hoy es el ‘Yellow Day’: ¿a qué se refiere el día más feliz del año?

  • El tiempo extra que pasamos transportándonos
  • Los retrasos, nuestros y ajenos
  • El tiempo que dedicamos a actividades de entretenimiento
  • El tiempo en que estuvimos ‘relajándonos’
  • El tiempo que pasamos haciendo el equipaje
  • El tiempo consumido en hacer compras
  • El clima (según el hemisferio)
  • Las deudas (y los diferidos)
  • El salario (y la ausencia de décimos y bonos)
  • El fin de la Navidad y del año
  • La caída de los propósitos del año anterior
  • La sensación de que necesitamos hacer algo

Ante esto, y dado que el Blue Monday ha sido calificado como un concepto pseudocientífico y de mercadeo, ¿qué dice la ciencia?

“Sí hay días tristes, ¡solo que aún no sabemos cuáles!”, comenta el psicoanalista Carlos Silva Koppel. “Quizás para Japón fue el 1 de enero”, dice, haciendo memoria del reciente terremoto en la costa oeste de ese país.

Silva añade que debemos ser más críticos con lo que vemos en los medios digitales y tradicionales. “El Blue Monday surge como una campaña publicitaria de una agencia de viajes, el objetivo era vender paquetes turísticos aprovechando el ‘día más triste del año’”, confirma.

Sí, es posible que en enero sientas un choque de realidad luego de haberte puesto metas el fin de año anterior. “Pero el hecho de que alguien esté triste, dependerá exclusivamente de su situación particularísima: deudas, estrés, pérdidas, desempleo, desamor. De la misma manera, encontraremos a personas que están en una situación estable”.

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El especialista invita a pensar bien por qué nos entristecemos. “Los ecuatorianos tenemos una situación social, política y económica bastante fuerte. Muchos vivimos aterrados y nuestra vida no está garantizada por el Estado. Creo que eso es bastante motivo para estar tristes o con diagnósticos como estrés postraumático, episodios depresivos o ansiedad generalizada”. La motivación está muy determinada por lo político y lo social.

Los discursos como el del Blue Monday, en cambio, promueven una idea de felicidad que el especialista considera nociva, basada en el tener y parecer. “Sostienen una idea de completud y niegan que de vez en cuando podemos estar un poco tristes, y que eso está bien. Está bien no tener para los lujos, los viajes o el celular último modelo”.

Sugiere estar atentos a la manipulación de los discursos, especialmente los que nos guían al consumo de productos que ofrecen hacernos sentir mejor. “Es una forma de ocultar la verdadera causa de la tristeza, que no es el clima o la fecha, sino el mismo sistema que nos ha deshumanizado e individualizado”.

Rodearse de un ambiente triste puede afectar a las personas que ya están sensibles a la situación global, nacional o a problemas personales. Foto: Shutterstock

¿Qué hacer, entonces con el bajón de enero que probablemente ya estás sintiendo?

Según la también terapeuta y coach Margaret Wehrenberg, debes reconocer que estás atravesando una tristeza típica post Navidad. Que ese estado de ánimo de pérdida es en realidad una adaptación a una estimulación. “Hacerse cargo de su estado de ánimo es la forma más rápida de cerrar la puerta a esa red negativa de pérdida y salir de la tristeza posterior a los feriados”.

El psicoanalista Silva además hace otras recomendaciones: acepta la necesidad de atender tu estado de salud mental, pero no con cosas superfluas. Prepárate para los tiempos de adversidad (que no vienen marcados en el calendario) con un trabajo físico y mental constante. Asiente a la realidad tal como es, con sus contradicciones y conflictos; asume la libertad que tienes, y sus consecuencias.

La salud mental es un derecho humano

No esperes a enero (este o el próximo) para que se produzcan cambios mágicos en la dieta o en tus finanzas. La realidad, dice Silva, no entiende de cábalas y, a veces, ni siquiera respeta nuestros esfuerzos. “La tristeza es real, el sufrimiento es real y nos encontramos en una búsqueda constante para aplacarlo”.

Celebra la vida a diario, no solo en diciembre

La psicoterapeuta Alexandra Sánchez aprovecha esta coyuntura para alentar un mensaje importante: celebrar a diario la vida, más allá de tradiciones o gustos o ciertas fechas, a su parecer, con tintes muy comerciales.

Cada día es un hermoso regalo, una nueva oportunidad para ser mejores que ayer, para reír, bailar, celebrar, tomar tiempo de interiorizar, meditar, respirar, con conciencia de estar en esta bella experiencia llamada escuela de maestría llamada vida”.

Sánchez, máster en intervención psicológica y coach en Biodescodificación, tiene varios consejos para mantener la energía emocional alta durante enero y todo el año:

  • Inicia el día bendiciendo todos los aspectos positivos que tienes en tu vida (salud, hogar, trabajo, familia, proyectos).
  • Entrénate para estar en el aquí y el ahora, es lo único real.

Diario de la gratitud: claves para agradecer y dejarlo por escrito que pueden cambiar tu vida

  • Evita recrearte en el pasado, eso puede deprimirte, y estar mucho en el futuro, puede generar ansiedad.
  • Programa ejercitarte a diario unos quince minutos, es un buen comienzo, practica lo que a ti te guste: baile, caminatas, yoga, deporte, pero haz algo que genere movimiento, esto es clave para tu salud emocional, mental y física.
  • Tus pensamientos pueden ser tus mejores aliados o tus enemigos, crea imágenes positivas de tus proyectos a corto, mediano y largo plazo, a esos pensamientos agrégales un sentimiento muy alegre de algún recuerdo y luego siéntelo como real, agradece y suéltalo.

Sánchez cierra sus recomendaciones con una reflexión final: “Ánimo, que la alegría de las celebraciones de diciembre perduren todo el año y mantengas la llama de la alegría prendida todos los días”. (F)