El sol intenso motiva a que dos mujeres que permanecen paradas en la esquina de Boyacá y Junín se muevan detrás de dos pilares de un edificio situado sobre una de las aceras de esa intersección.

La tarde del viernes anterior ambas permanecían en silencio, observando a su alrededor, y distrayéndose por momentos con sus celulares. Mientras tanto, en la misma vereda seguía el paso continuo de oficinistas y estudiantes que dirigen hacia sus actividades habituales y en algunos casos, les llamaba la atención la presencia de ambas mujeres.

De igual manera, ocupantes de automóviles e incluso articulados de Metrovía que transitaba se percataban de la presencia de las dos jóvenes y otras dos más que se encontraban en una acera del frente, al pie de un local de repuestos electrónicos.

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A lo largo de la avenida Boyacá, entre Junín y Víctor Manuel Rendón, antes de llegar a la 9 de Octubre, se ha vuelto cotidiano observar a trabajadoras sexuales que se ubican a plena luz del día afuera de negocios y deambulan en varias calles cercanas hasta la noche.

Un panorama similar desde la reactivación comercial pospandemia se replica en la calle Rumichaca. En dichas calles en los horarios matutinos y vespertinos no era costumbre observarlas, algo que ahora se vuelve cada vez más recurrente y con más personas que se adhieren a esta actividad.

Ellas se ubican regularmente con ropa llamativa, ajustada, colorida, zapatos altos y carteras. A su paso, algunos hombres las observan, continúan su paso o le llegan a hacer preguntas.

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Volviendo a la acera opuesta a la usada por las dos primeras chicas, en otra esquina de la calle Boyacá y Junín, alrededor de las 16:00, una tercera mujer fue contactada por un hombre y luego ella lo siguió para adentrarse a un hotel de la calle Ximena.

En la calle Víctor Manuel Rendón, esa tarde, la presencia de mujeres también se replicó afuera de predios baldíos, farmacias, hoteles, panaderías y tiendas de abastos, y otros negocios. Por ejemplo, en un puesto, dos mujeres conversaban con la dependiente de un quiosco a la espera de clientes.

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Esa misma tarde, alrededor de unas diez mujeres se ubicaban sobre una acera de la calle Victor Manuel Rendón entre Riobamba y Boyacá.

Otras estaban en una acera del frente en exteriores de algunos comercios. Algunas conversaban entre ellas e incluso adquirían bebidas alcohólicas y cigarrillos en una tienda de la zona mientras aguardaban por el arribo de alguna propuesta de un potencial cliente.

Algunos hombres detenían su paso, conversaban con una de ellas y después de varias respuestas, seguían su paso. Esto se daba ante la presencia de transeúntes incluyendo estudiantes y mujeres oficinistas que circulan por la zona, ya que esa vía es de alto tránsito de transporte público que se dirige hacia otros puntos de la urbe.

Alrededor de las 17:00 de ese día, un equipo de este Diario constató que una de las mujeres que antes había estado en una esquina de Junín y Boyacá se trasladó a Víctor Manuel Rendón y Ximena.

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Luego de varios minutos de permanecer en ese segundo punto, ella fue contactada por un hombre y luego ambos se adentraron a un sitio catalogado “hotel”, sobre la calle Ximena. Justamente, en esa zona, ciertos sitios de hospedaje temporal sirven de espacio de alojamiento para estas actividades.

Esta presencia de trabajadoras sexuales también se replica en la av. Boyacá y Víctor Manuel Rendón, en exteriores de un hotel cuatro estrellas, donde incluso se alojan turistas nacionales y extranjeros.

Desde hace varios años, la presencia de trabajadores sexuales se ha replicado en tramos de la av. 9 de Octubre, en un tramo entre Hurtado y Tungurahua.

María Wong, una oficinista de la zona, consideró que las autoridades debería tomar acciones para evitar la proliferación desordenada de espacios de oferta de servicios sexuales, tomando en consideración además que se están ubicando en áreas cada vez más cercanas a planteles fiscales y privados.

“Existen algunos colegios, guarderías, universidades, que tienen un público joven, adolescente e infantil que debe protegerse y ser formado en valores, no solo por el hogar y centro educativo, sino también por la comunidad circundante la que debe dar un buen ejemplo y un ambiente sano a estos jóvenes y niños”, comentó.

Presencia de trabajadoras sexuales en la calle Víctor Manuel Rendón y Ximena, en el centro de la urbe.

Luis Ortiz consideró que la presencia de estas trabajadoras sexuales afectan la imagen turística de la ciudad y asimismo vuelve la zona proclive de delitos como asaltos, tráfico de drogas, entre otros. “Ya la gente poco a poco no va a querer caminar por tal o cual calle por su presencia, imagínese que yo vaya camine con mi hijo, no voy a querer que vea ese escenario”, dijo.

El lunes 26, este Diario consultó vía correo electrónico al Municipio sobre las medidas o acciones que se coordinan sobre esta situación, hasta este viernes 30 no hubo respuesta.

Al caer la tarde, la presencia de servidoras sexuales incluso aumenta en otros puntos, como en la calle García Avilés, donde dos mujeres se ubican afuera de un edificio. Asimismo, en los alrededores de la plaza del Centenario, incluso hay señoras que se ubican a ofrecer sus servicios sexuales al pie de locales y puestos como de servicios de limpieza de zapatos y quioscos.

El viernes anterior, en calle Luque entre Pedro Moncayo y 6 de Marzo se dio el crimen de una mujer que se encontraba esa noche en una acera. Según personas de la zona, esa mujer era supuestamente trabajadora sexual. (I)