Cuando Francisco Luis Florencio Febres-Cordero Muñoz, bautizado con ese nombre al nacer y renombrado al ser revestido con el hábito lasallista como Hermano Miguel, decía: “Acordémonos de que estamos en la santa presencia de Dios” y sus alumnos respondían: “Y adoremos su santo nombre”, no tenía idea de que el día de su natalicio sería usado, anualmente, como el Día Nacional del Maestro Católico y de la Educación Católica en Ecuador.