Paola Roldán, quien impulsó y luchó por la despenalización de la eutanasia en Ecuador, falleció el día de ayer, lunes 11 de marzo. Así lo confirmaron sus familiares cercanos y allegados.

Ella padecía de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), un mal neuromotor que degenera paulatinamente los músculos del cuerpo y la aquejaba desde hace más de tres años.

La comunicadora Denisse Molina, prima política de Roldán, publicó un emotivo mensaje en su cuenta personal de Instagram. “Hoy me levanté en este otro lado del mundo escuchando a los colibríes más alto. Seguramente estabas ahí, Pao, como alma libre, llena de magia y color. ‘Yo te acompañaré vestida de colibrí en cada paso que des’, me quedaré con esta frase hasta la eternidad. Procuraré abrir mi ventana cada mañana para observarte y verte más”, inició diciendo.

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“Vuela alto, mi querida Pao, como solo tú lo supiste hacer. Dejas legado, dejas historia, tu nombre se convirtió en sinónimo de ejemplo, lucha, resiliencia y amor. Hoy no es un día triste, porque así lo pediste, es un día para sentirte más que nunca y agradecer por habernos cruzado en este camino de la vida y hasta que nos volvamos a encontrar”, terminó de expresar.

Carolina Mella, periodista, productora y presentadora de Teleamazonas, se sumó a los mensajes de pésame e hizo un post.

“Recuerdo el primer encuentro con Paola, ambas estábamos nerviosas por la entrevista. Me había pedido que leyera su libro, “me vas a entender un poco mejor, Caro”, y tenía razón. Yo iba a escuchar y a entrevistarla, pero la conversación nos llevó a episodios de nuestras vidas. Íbamos a hablar de la muerte y de su pedido de eutanasia a la Corte Constitucional y al final toda la conversación fue sobre el amor”, contó.

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“Ella amaba la vida y no concebía sentirla con menos pasión. Nos deja mucho: una puerta abierta para elegir una muerte digna”, enfatizó la oriunda de Manta.

La presentadora de noticias de 38 años Estéfani Espín también escribió un mensaje a quien se había convertido en su amiga.

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“Nos unieron las razones que nadie quisiera tener para sellar, con alma en vilo pero audaz, esta conexión, una canción, un diagnóstico tan parecido como desalmado que nos llevó a llorar y soñar por lo alto. Soñar, entre otras cosas, con que familias con enfermedades raras, catastróficas o discapacidad severa puedan transitar esos caminos con menos dolor, con acompañamiento, terapia, ayuda… porque aunque suena a derecho, hoy no se acerca ni al privilegio”.

Te fuiste pidiéndome hace apenas horas que no desmayemos en ese intento y yo lo dejo por escrito porque aunque tome tiempo, honraré nuestro afán hasta que no sea más sueño. Tú ofreciste no dejarme sola en esto, así que se preparen los astros porque todo se alineará con tu empuje, aplomo y osadía, que seguro ya estarás moviendo, solo que ahora desde ese lugar donde ya no te vemos”.

“Hoy me desvelé escribiéndote, casi igual que cuando me desvelé leyéndote, el día en que me pediste leer tu libro antes de publicarlo, y desde allí sabía que cuando llegue este día no querías ver a nadie llorar. Lamento fallarte en eso, el corazón es sordo cuando le sobran motivos para ignorar. Y de corazones indomables, ya sabes más tú que nadie. Vuela alto, Pao, y que ese vuelo ligero acompañe nuestro andar hasta que nos volvamos a encontrar”, manifestó. (I)