Aunque a sus 29 años de edad el corredor de bolsa londinense Nicholas Winton (1909-2015) él ya había tomado un camino de vida completamente diferente, hoy es reconocido por haber organizado el rescate de 669 niños checos de la Checoslovaquia ocupada por los nazis durante los nueve meses antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939.

En 2014, meses antes de que su padre falleciera a los 106 años de edad, la hija de Winton, Bárbara, publicó una biografía titulada If It’s Not Impossible … The Life of Sir Nicholas Winton (Si no es imposible… La vida de Sir Nicholas Winton), la cual ahora ha sido adaptada a la pantalla grande en la producción protagonizada por Anthony Hopkins, como Winton en edad avanzada, mientras que Johnny Flynn lo interpreta en su juventud.

Pese a haber sido parte de una cadena de rescate humanitario, Winton nunca se sintió un héroe. Peor aún, durante décadas lo atormentó el recuerdo de aquellos menores que no logró poner a salvo de los horrores del conflicto bélico.

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Su alivió llegó hasta que en 1988 la producción de un programa de televisión de la BBC en vivo, That’s Life (Así es la vida), lo sorprendió presentándole a algunos niños sobrevivientes, ahora adultos en un emotivo e histórico encuentro.

Nicholas Winton (1909-2015)

La primera vez que los productores del filme Emile Sherman e Iain Canning hablaron sobre la historia de Nicholas Winton fue cuando cofundaron See Saw Films hace más de quince años, tras haberse topado con un video de una emisión de That’s Life.

Desde el inicio, Sherman tuvo claro que el primer paso era conocer a Nicholas Winton, de quien pudieron deducir por el video de televisión que era un hombre muy humilde.

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Tuvimos mucha suerte de conocer a Nicholas Winton antes de que falleciera. Era una persona sumamente modesta y generosa que sentía que la película no debía glorificarlo a él sino celebrar el modo en que una persona de lo más común puede generar un impacto enorme”, agrega Canning.

Con la bendición de Barbara Winton, hija de Nicholas, la productora se puso en contacto con la guionista Lucinda Coxon para adaptar el libro de Barbara. Además, su hija le dio acceso al equipo de guionistas a los archivos y las cartas de Nicky.

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“Tuvimos que hacer lo que a Nicholas le resultaba difícil: destacarse a sí mismo”, comenta la productora Joanna Laurie. “No se veía a sí mismo como un héroe, así que nuestro desafío era contar esta extraordinaria historia honrando, al mismo tiempo, su humildad”.