Hablar de los mejores arqueros nacidos en Ecuador con los aficionados que han visto fútbol de medio siglo hasta la fecha es escuchar a dos personalidades icónicas: Carlos Luis Morales Benítez (figura para que Barcelona SC dispute su primera final de Copa Libertadores, fue en 1990); y José Francisco Cevallos Villavicencio (puntal para que la selección de Ecuador clasifique por primera ocasión a un Mundial de la FIFA, Corea del Sur y Japón 2002; y ganador de la Libertadores del 2008 con Liga de Quito).

Pero antes de ellos hubo una figura que se formó en los potreros (como antes se le decían a las canchas por la cantidad de barro que tenían) y ese personaje fue Alfredo Bonnard Jara, nacido el 3 de noviembre de 1930 y fallecido este martes 16 de abril. Sus restos fueron sepultados en el camposanto Parque de la Paz de La Aurora.

Bonnard surgió en primera siendo aún juvenil en 1947. Tenía 16 años cuando Dantón Marriott lo hizo parar entre los tres palos de Panamá. Los titulares se habían ido al Barcelona para cimentar la idolatría (que lograron en 1949 con la victoria ante Millonarios de Colombia).

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Alfredo Bonnard Jara, defendiendo a la selección de Ecuador. Foto: Archivo

“No tenía mucha experiencia en el puesto porque en sus primeros momentos fue delantero en el México, un cuadrito del barrio de La Concordia”, reseña Ricardo Vasconcellos Rosado en su columna ‘Reloj de arena’, publicada en abril del 2020 en Diario EL UNIVERSO.

Lo que se destaca en el guardameta guayaquileño era su biotipo: “era alto, seguro, intuitivo, tenía voz de mando, pese a sus pocos años y un prodigioso sentido de la ubicación. Se fue consolidando hasta convertirse en el mejor en su puesto. Cuando Gregorio Esperón armó una selección para la fallida participación en el Mundial 1950, Bonnard era el golero titular”, se destaca en la columna de opinión.

Del Panamá pasó al Everest en 1951 y al año siguiente fue al cuadro Norteamérica, con el que fue campeón. Tuvo actuaciones extraordinarias en el viejo estadio Capwell.

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Jorge Bonnard, arquero del club Norteamérica, ganador del título de Asoguayas de 1952. Foto: Archivo

“Atajó en el memorable partido en que Norte ganó a Racing de Avellaneda y el de River Plate y Patria en diciembre de 1952. En 1953 fue la figura del Campeonato Sudamericano (llamado en la actualidad Copa América) en Lima. Nunca un jugador nacional cosechó, hasta ese momento, tantos elogios de la prensa peruana y extranjera”, remarca.

Y por esa actuación internacional en tierras incas se rememora que fue elegido “el mejor del Sudamericano y el empresario Alfonso Bogossian lo quiso llevar a Francia, entregándole un cheque en blanco para que pusiera la cifra”.

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De vuelta a la actividad en la urbe porteña, Bonnard escogió fichar por Valdez con el que fue campeón en 1953 y 1954 en el Campeonato de Guayaquil. “Le había dado su palabra a Edmundo Valdez (uno de los directivos del club) e iba a cumplir su promesa matrimonial a la mujer que fue su eterna compañera”, se enfatiza en la columna.

También dio vueltas olímpicas con Patria y Barcelona SC. “Volvió al Patria como arquero y técnico y armó aquel famoso equipo de ‘Los Carasucias’. Se retiró lleno de gloria en 1966, luego de cubrir el arco nacional en los Sudamericanos de 1953, 1955, 1957, 1959 y las eliminatorias de Chile 1962 e Inglaterra 1966″, precisa Vasconcellos.

Y al final hizo este pedido: “Proponemos a la Federación Ecuatoriana de Fútbol, que en acto de justicia y respeto a la historia, instaure el 3 de noviembre de cada año como el Día Nacional del Arquero, en reconocimiento a la trayectoria del mejor y más completo jugador en ese puesto en los 120 años de nuestro fútbol”. (D)