Marcelo Trobbiani (62 años), desde Alicante, España, donde reside, espera “ansioso, pero con fe” la semifinal de ida de la Copa Libertadores de hoy entre Barcelona y Gremio. Para el cerebral exvolante argentino, figura en la primera clasificación torera a una final copera, en el 2017 “la tercera será la vencida” para los canarios. En charla ayer con el programa City Noticias, de Radio City, Trobbiani también habló del “robo” en el duelo de vuelta, contra Olimpia, hace 27 años.

¿Cómo debe encarar Barcelona la semifinal?

A Barcelona nadie le regaló nada. No salió como favorito y eliminó a Estudiantes, le ganó al Atlético Nacional. Dejó
en el camino al Palmeiras y al Santos. Ha hecho una gran Copa. Lamentablemente, en el torneo nacional cambia el chip porque piensa mucho más en ganar la Libertadores. Debe seguir jugando como hasta ahora. Tengo plena confianza en este equipo. Estuve tres meses allá porque mi hijo (Pablo) dirige la reserva y esto es una doble alegría para mí.

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¿Qué mensaje les da a los jugadores toreros, todos sin experiencia en semifinales?

Guillermo Almada (DT) está haciendo bien las cosas. Ahora deben jugar por entero por el título. Lo único que les digo es algo que ya saben: están bien preparados. Muchos cumplen una grandísima temporada, como Máximo Banguera, en el mejor año de su carrera.
O Jonatan Álvez, quien no juega (hoy), pero está (Ariel) Nahuelpán. Ante la sensible baja de (Gabriel) Marques, (Oswaldo) Minda o (Richard) Calderón lo sabrán reemplazar bien.
A estas alturas hay que jugar con hambre de gloria. Sería histórico para el club llegar a otra final. Jugarán por su familia, sus amigos y para una hincha maravillosa. Todos los que queremos a Barcelona tenemos mucha ansiedad, pero también mucha fe.

¿Qué tan difícil es Gremio?

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Son todos partidos duros. No hay favoritos. Barcelona saldrá a jugar de igual a igual. Pero lo mejor que le podría pasar, porque el gol de visita influye, es mantener el arco en cero. Lo ideal sería vencer 1-0 o 2-0. Barcelona aprovechó su localía y luego clasificó de visitante.

¿La tercera será la vencida?

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Sí. Creo firmemente en este equipo, en la entrega, calidad y actitud de los jugadores y en el fútbol que tienen. Creo, con plena confianza, que esta puede ser la vencida. Que será un premio para los hinchas toreros que en 1990 y 1998 no pudieron celebrar. Algunos son abuelos, otros ya no están, pero se lo dedicarán a todos ellos. Y por los directivos, que han hecho un gran esfuerzo pagando deudas de millones de dólares de la otra directiva, que fue un desastre.

¿Qué recuerda de las semifinales de 1990, contra River Plate?

(Cuando eliminamos a River, en la vuelta, en Guayaquil) yo vivía en Urdesa, en la Víctor Emilio Estrada, por la Parrilla del Ñato, e iba en el Fiat Uno que nos daba Isidro (Romero). No podía avanzar a mi casa. ¡Fue una cosa emocionante! Iba con mi familia y recorrer esos metros hasta mi casa fue emotivo hasta las lágrimas. Había como 10.000 hinchas festejando ese paso a la final en la Víctor Emilio. Antes, en Buenos Aires, fuimos visitantes, pero Miguel Ángel Brindisi (el DT) y yo éramos recontravisitantes por ser de Boca. Los insultos que nos llegaban de todo el estadio de River eran impresionantes.

¿Cómo soportaron eso?

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Con la personalidad de todo el equipo. Pestañita (Carlos Luis Morales) atajó un penal. En el Monumental jugamos muy bien, ganamos, y nos fuimos a los penales. Ahí, Morales fue memorable. Yo debía patear el quinto y pensaba ‘¡uy, Dios! ¿Cómo lo pateo? ¿Lo miro al arquero de River o le pego un bombazo?’ Pero Carlos atajó y se terminó todo. Fue una locura impresionante.

Ahora se conoce que hubo cosas raras ante Olimpia.

Mañana (hoy) hay VAR, ¿verdad? Si en 1990 había ese sistema (de asistencia por video), éramos campeones. Hubo cosas raras. No en Asunción. Jugamos bien, pero nos ganaron 2-0. Nos faltó (Jimmy) Montanero, que era fundamental, como todos. Había unos 15 ecuatorianos excepcionales, como Jimmy Izquierdo (+), Morales, los dos Bravo (Freddy y David), Carlos Muñoz (+), Manuel Uquillas, (Julio) Guzmán, (Marcelo) Hurtado. Luis Alberto Acosta, Mario Saralegui y yo éramos los extranjeros. Pero en el Monumental nos robaron y en ese momento no lo sabíamos. El gol (anulado a Uquillas) fue legal, estaba cinco metros habilitado, pero cobraron fuera de lugar. Y en el penal (errado) Éver Almeida se salió (del arco) hasta los pies de Acosta.

El juez hizo cosas raras

Yo me encontré con el árbitro (Juan Carlos Loustau) y le dije: ‘Nos perjudicaste. Me privaste de la única copa que me faltaba ganar’. El tipo me dijo: ‘Me equivoqué’. Fuimos dignísimos finalistas y muy superiores al Olimpia. (D)