Sin arrancar lágrimas la historia a describir es para enaltecer a un buen número de criaturas agradecidas en sus pulsaciones y con aspiraciones nobles en ser talentos del esférico.

La génesis de estos soñadores del balón es en haber llegado a la Ciudad Deportiva antes de que aparezca el alba, el día inaugural del Interbarrial de Fútbol de Diario EL UNIVERSO. Portaban sus bolsos, en las manos balones casi desgastados, llenos de energías, sonrientes y las miradas dirigidas a las canchas.

A sabiendas de que la ceremonia era a las 17:30 les preguntamos a los vástagos por qué tan temprano y José expresó: “Me apasiona el fútbol, no he podido dormir, soy responsable y es la verdad”.

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Lanzamos otra interrogante al grupo de nueve peladitos: ¿qué es el fútbol para ustedes? Walter ponderó con este testimonio: “Este deporte, como mis estudios son mi prioridad para triunfar; en la cancha soy hábil y me encanta marcar goles”.

¿Y han desayunado? Recibimos la respuesta de Anthony: “Antes de venir he tomado un café y unos panes, en mi mochila tengo guineo, naranja y pan que me puso mi linda madre”.

¿Y por qué no está su mamá? Comentó: “Me vino a dejar, se fue al trabajo y más tarde llegará con mi papá, mis tres hermanos y mi abuelo, y los recibiré con un abrazo cariñoso”.

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Eran las 06:12 y los invitamos a recorrer el escenario de la Ciudad Deportiva, considerada en el mundo como el templo futbolístico del niño. Caminamos buen metraje y al despedirnos –06:48– esos cara sucias se fueron directo al estadio, en donde se cristalizó en la tarde la inigualable inauguración con la asistencia de más de treinta mil personas.

"Este relato puede inspirar a un pintor. Si algo nace con signos de hermandad en el Ecuador es el fútbol”. (O)