A finales de 2006, cuando se fue del club torero para unirse al Deportivo Azogues, José Francisco Cevallos, entonces arquero de Barcelona, se fijaba como meta volver “algún día”, pero como presidente amarillo. En busca de ese cargo, Pepe Pancho (44 años) ya planea el armado de su directorio y se reúne con socios a los que les pedirá el voto en octubre próximo. Con EL UNIVERSO visitó el museo de los canarios en Puerto Santa Ana, donde el exfutbolista reveló varias de sus propuestas de campaña.

¿En qué ha cambiado desde que salió de Barcelona?
En mi pensamiento, nada. Siempre he tenido los mismos objetivos. Creo que es el momento idóneo (para aspirar a presidir el club) porque en Barcelona, en los últimos años, no ha cambiado nada. Eso me preocupa, como exjugador, hincha y socio. Es el momento que la gente que la ha sudado (la camiseta) tome las riendas.

Sus detractores dicen que su candidatura es oportunista.
Yo respeto lo que digan otros. A veces no nos respetan a los exfutbolistas. Eso es lo que ha pasado por parte de algunos dirigentes. Pero también vemos (en el museo) esta rica historia, construida por buenos jugadores y buenos dirigentes.

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¿Qué puede cambiar para los jugadores si un exfutbolista llega a ser presidente?
Tenemos afinidad y cercanía, sabemos qué situaciones vive un jugador. Igual pasa con la relación que debe tener un presidente con el técnico.

¿Y cómo se ha preparado usted para ser dirigente?
Además de futbolista, mi anterior función (fue ministro del Deporte, salió por “razones personales”) me permitió conocer otras actividades.

He administrado los recursos pulcramente, he dictado políticas que beneficien al deporte ecuatoriano. Me he ido preparando en los planos financiero y jurídico. Pero obviamente no lo puedo hacer solo, sino rodeándome de profesionales, gente buena y comprometida con Barcelona.

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¿Quiénes son esas personas que lo van a acompañar?
A finales de agosto vamos a hacer el lanzamiento oficial de la candidatura y daremos a conocer todos los nombres. Lo que sí le puedo adelantar es que le he pedido, aunque él aún no ha aceptado, a (Carlos Alejandro) Alfaro Moreno que me acompañe y haga lo que él mejor sabe: formar jugadores para la cantera y cambiar la estructura de las formativas.

¿De dónde saldrán los fondos? Se dice que detrás de su candidatura está Isidro Romero; otros, el Gobierno.
Hemos conversado con mucha gente, con empresas que están deseosas de apoyar a un proyecto serio, que cumpla todo lo que se firma. Yo me he reunido ya con muchos de los expresidentes de la institución para poder nutrirme de sus experiencias, para conocer qué hicieron, en qué acertaron, en qué fallaron. No cerramos las puertas a nadie. Todas las instituciones, sean públicas o privadas, que quieran aportar, serán bien recibidas.

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Hay hinchas canarios que no le perdonan su paso exitoso por Liga (Q), ¿qué les dice?
Lo que siempre dije, que soy barcelonista. Pero sobre mi salida, a mí me sacaron (de Barcelona) por no tener una buena participación en un partido, trastocando 17 años de mi carrera. Me fui al Azogues, un equipo recién ascendido, donde fui bien recibido, me trataron bien. Y luego se da lo de Liga (Q). Soy muy grato con esa institución, a los seis meses de llegar ya fuimos campeones de América. El hincha barcelonista sabe desde niño que con los que uno no puede perder es, con mucho respeto, con los azules. Es decir, el tradicional rival es Emelec, no Liga. Tuve la oportunidad dos veces de ir a Emelec y dije no, porque eso sí habría sido traicionar al club.

¿Cree que su ‘gran pecado’ fue haber salido campeón de la Libertadores, algo que no pudo Barcelona dos veces?
Para eso venimos. Tengo esa espinita. Yo estuve en las dos. En 1990 como tercer arquero y la otra (1998) como titular y perdimos las dos finales. Pero quizá la tercera es la vencida. Quiero construir un equipo que pelee por esa Copa tan anhelada. Pero no es fácil, hay que construir un proyecto con bases sólidas para que rinda los resultados a futuro.

Usted ha llamado a los socios y se ha reunido con ellos en foros, ¿ya les expone cuál es su plan de trabajo?
Sí. Todo parte de la confianza, la transparencia y credibilidad. Tenemos cinco ejes vitales: queremos fortalecer la institucionalidad, el plantel principal, las divisiones formativas, tener una agresiva campaña de captación de socios –porque Barcelona no puede darse el lujo, teniendo millones de hinchas, de solo tener 2.500 socios aportantes– y el estadio ya necesita un baño de modernidad.

¿Cuál es su idea respecto a la administración del estadio?
Hacer respetar las decisiones que tome la asamblea. Y allí ya se resolvió que Moconsa (administradora desde 1987) sea retirada y se designó al abogado Alexander Icaza para que represente a Barcelona con la alícuota A-1, que significa el 70 %. Vamos a hacer respetar eso y apoyar para hacer una transición.

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¿Y qué espera de un nuevo administrador del estadio?
Que venga una empresa, por medio de un concurso transparente, a invertir, adecuar y administrar correctamente nuestro escenario. Que cree espacios para recuperar la inversión, como, por ejemplo, un propio museo, una tienda oficial, restaurante, salón de eventos. Que el Monumental no se abra solo cada quince días cuando Barcelona juega de local, sino que sea un ícono que genere ingresos diarios, atándolo al tema turístico. Por eso es importante, en el modelo de gestión, que la empresa que gane el concurso considere todos estos temas.

¿Y sobre las formativas?
Todavía veo que los chicos andan como gitanos, de una cancha a otra. Que entrenan sobre el asfalto, no hay visión ni estructura. Los profesores están atrasados en los pagos y a veces no se presentan. Todo eso queremos cambiarlo. Por eso un eje fundamental va a ser la formación de nuevos valores. Provocar que surja la identificación de los jugadores con la institución, cuando muy temprano vayan al ‘Colegio Barcelona’ (que se pretende crear). Que de allí pasen a entrenar, a almorzar, después recuperen las horas de ausencia en el estudio a causa del entrenamiento, reciban un refrigerio y de allí se vayan a sus hogares. Van a pasar más tiempo en Barcelona que en sus casas. Así generaremos identidad con una formación integral del chico. Esto es un proceso de cuatro a ocho años.

¿La idea del colegio surge de lo que observó en Liga (Q)?
No solamente en Liga. Esto pasa en clubes que tienen clara su visión y planificación. Independiente del Valle, el Pachuca de México y grandes equipos de Sudamérica y de Europa tienen esa visión: futbolistas con formación académica y deportiva.

¿Si gana las elecciones qué pasará con los contratos vigentes con jugadores, técnico y auspiciantes?
Somos muy respetuosos, pero los estatutos prohíben firmar contratos más allá de la fecha del fin del mandato de la directiva actual. De ganar, la posesión será en diciembre, y revisaremos y analizaremos los contratos. Si son convenientes, lo respetaremos; si no lo son, nos tocará renegociar.

¿Qué piensa sobre que los equipos puedan convertirse en sociedades mercantiles?
Eso está permitido en la Ley del Deporte; ahora, es un tema de la FEF en la que algunos están de acuerdo y otros no. Yo siempre voy a respetar la masa societaria que participe, que nos siga perteneciendo el club a los hinchas que se hagan socios, con el aporte de ellos y un manejo transparente podemos llegar lejos.

¿Cree que el fútbol nacional tocó fondo por el tema de edades adulteradas?
Es una pena lo que ocurre. Jugadores pasados de edad, clubes que pierden puntos por no poder pagar salarios. Necesitamos un baño de verdad y tomar una decisión que beneficie a todos. Ya los dirigentes (de la FEF) han tenido su tiempo y es hora de dar paso a gente nueva.

Cuando usted fue ministro del Deporte intervino al COE, no a la FEF, ¿por qué no lo hizo?
Cuando intervinimos a las federaciones deportivas nos amenazaron con no dejarnos participar en los diferentes torneos, pero demostramos que no habían cumplido con sus estatutos, sus elecciones, con la Ley del Deporte que dispone que se formen a través de clubes. En el fútbol, mal o bien, se habían respetado. Hubo elecciones y los clubes fueron parte de la asamblea, las asociaciones también. Ante eso no nos podíamos meter (en la FEF). Ahora pueden ver que ya, a nivel internacional, se pueden examinar las cuentas.

¿Pretende llegar a ser presidente de la FEF?
No he pensado en eso. Lo que siempre estuvo en mi cabeza fue prepararme para presidir a Barcelona. Solo Dios sabe qué pasará después. (D)