Aunque con retraso en el vuelo que transportó a la delegación de Barcelona a la capital, la plantilla torera asistió ayer al Palacio de Carondelet para almorzar con el presidente de la República, Rafael Correa.

La aeronave no salió a tiempo de Guayaquil y al llegar al aeropuerto de Quito las condiciones para aterrizar obligaron a hacer sobrevuelos antes de tomar pista. Esto demoró cerca de una hora la presencia en Carondelet del grupo amarillo, que no estuvo en el acto del cambio de guardia.

La delegación se compuso de catorce jugadores, el DT Rubén Israel, el preparador físico Nicolás dos Santos y directivos encabezados por el presidente Antonio Noboa, que atendieron la invitación de la Presidencia, en reconocimiento al subtítulo nacional del 2014.

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“Es importante este reconocimiento a una institución que trabajó bien. Nuestra intención era salir campeones, pero el llegar a la final requiere un gran esfuerzo, porque es un torneo muy competitivo”, expresó Matías Oyola, que habló en representación del plantel.

Luego de recorrer las dependencias de Carondelet, los toreros se reunieron con el presidente, que abrió el acto con una mención del arraigo popular del Ídolo del Astillero.

“Siempre he reconocido que es en lo único que no estoy con las grandes mayorías, pero alguna excepción debe haber”, dijo el mandatario, en referencia a su apego por Emelec.

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Correa destacó el trabajo del club, aunque no evitó comentar sobre el presente torero, especialmente en Copa Libertadores, en la que Barcelona tiene opciones reducidas para pasar de la fase de grupos.

“Los grandes equipos tenemos baches, y todos los gobiernos también tienen baches, lo que hay que hacer es pasar con mucha energía esos baches y sabemos que van a salir adelante”, concluyó Correa. (D)