Fue el 30 de julio de 1930, en Montevideo. Iban 82 minutos de la final del primer Mundial y el artillero argentino Francisco Cañoncito Varallo estrelló un balón en el ángulo superior izquierdo de la portería celeste.

Uruguay ganaba 3-2 y el empate obligaba a una prórroga de 30 minutos que, de persistir, forzaría un nuevo partido para definir al primer campeón mundial de la historia.

Pero esa jugada terminó de desmoronar el ánimo de los argentinos y de gran parte del público visitante que, en masa, empezó a retirarse del estadio Centenario, anticipando la derrota.

Publicidad

Argentina impuso su superioridad en el primer tiempo, que terminó con ventaja 1-2 (un tanto fue de Varallo), pero al ingresar al vestuario, uno de los jugadores albicelestes comentó: “Si ganamos acá, nos matan”, dando la pauta de que había quienes empezaban a flaquear ante la enorme presión.

El propio Varallo contó la anécdota en una entrevista con la agencia DPA en su casa de La Plata, unos años antes de su muerte, ocurrida el 30 de agosto del 2010, cuando tenía 100 años de edad.

“Nadie quería jugar... ¡Me quería morir!”, contó Varallo, quien en aquel momento tenía 20 años y una rebeldía y amor propio que le caracterizaron durante toda su carrera.

Publicidad

Pese a su reacción en el vestuario, no consiguió cambiar las cosas. En el segundo tiempo Uruguay dio vuelta el resultado y terminó con un definitivo 4-2 que sepultó la esperanza de título de los visitantes.

“Cuando me vine de Montevideo, chillé (protesté) contra los uruguayos, de bronca (rabia), pero esa final la perdimos nosotros”, dijo Varallo.

Publicidad

En el año de su fallecimiento, Varallo reconoció en el diario español El País: “Han pasado 80 años y aún no me he recuperado de aquella final perdida”.

Su compañero de equipo Alberto Chividini, titular ante México en la primera ronda, admitió el decaimiento en la final. “Nos achicamos a extremos increíbles. Los uruguayos se dieron cuenta de la pusilanimidad de sus adversarios y aprovecharon la ocasión”, confesó.

A Varallo se lo identifica con Boca Juniors porque ganó tres coronas. Pancho, como también lo llamaban, hizo historia porque integró el primer campeón profesional de Argentina en 1931; además, repitió en 1934 y 1935. También jugó en Gimnasia y Esgrima de La Plata (monarca amateur en 1929).

194 Goles hizo Francisco varallo en Boca en 222 partidos.

Publicidad