Fue el 30 de julio de 1930, en Montevideo. Iban 82 minutos de la final del primer Mundial y el artillero argentino Francisco Cañoncito Varallo estrelló un balón en el ángulo superior izquierdo de la portería celeste.
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Último sobreviviente de la final de 1930 estuvo cerca, con un tiro al palo, de darle el título a Argentina.
Fue el 30 de julio de 1930, en Montevideo. Iban 82 minutos de la final del primer Mundial y el artillero argentino Francisco Cañoncito Varallo estrelló un balón en el ángulo superior izquierdo de la portería celeste.
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Un sujeto bajó de un vehículo para dejar el explosivo.
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