Manifestantes cercaron ayer las principales avenidas de Sao Paulo e incendiaron llantas mientras cientos de personas gritaban consignas contra la Copa del Mundo 2014 afuera de uno de los estadios construidos para el certamen.

Las protestas alteraron el tráfico y provocaron caos entre aquellos que se dirigían a su trabajo en la amplia zona metropolitana. Grupos amenazaron con una ola de manifestaciones contra el gobierno por el elevado gasto para albergar el Mundial en otras ciudades brasileñas que serán sede del torneo.

Cientos de personas arribaron con camisetas y banderas rojas y se toparon con decenas de policías antimotines que cercaban la entrada principal al estadio Itaquerao, donde llegaron para exigir al gobierno invertir más dinero en vivienda. Alrededor de 1.500 personas quemaron llantas mientras gritaban consignas contra el campeonato de fútbol.

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Exigencias
“Nuestro objetivo es simbólico. No queremos destruir el estadio”, expresó Guilherme Boulos, dirigente del Movimiento de Trabajadores Sin Techo que se congregó muy cerca del Itaquerao, en la zona este de la ciudad de 11 millones de habitantes. “Lo que queremos es exigir más derechos para los trabajadores a fin de que tengan acceso a la vivienda y denunciar los efectos que tiene la Copa para la población más pobre”.

La jornada es percibida como una prueba de la capacidad del gobierno para contener las protestas de cara al Mundial.

En otras de las manifestaciones de ayer se concentraron dos grandes sindicatos que exigirán mejores salarios y condiciones de trabajo, en particular durante el Mundial.