El exnadador estadounidense Michael Phelps, varias veces campeón olímpico y retirado ya de las piscinas, dijo el sábado pasado que desde hace unas semanas está “intentando recuperar la forma”, y dejó la puerta abierta a competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el 2016.

“Es la pregunta del millón de dólares”, bromeó Phelps ante la insistencia de los periodistas brasileños presentes en un acto publicitario en Sao Paulo. El estadounidense se limitó a decir que no tiene “ni la menor idea de lo que va a pasar”.

Phelps, quien anunció su retiro tras los JJ.OO. de Londres 2012, donde también ganó varias preseas de oro, precisó que “ahora mismo lo importante” para él es “recuperar la forma física y ser competitivo”.

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“He ganado algo de peso”, confesó el legendario deportista, quien añadió que “cualquier cosa puede suceder” y que si se propone volver a la competición está seguro de que lo conseguirá. No obstante, el medallista olímpico puntualizó que su vuelta a los entrenamientos no significa que regrese a la alta competición.

El estadounidense de 28 años, al final, tomó la batuta de las preguntas y fue quien lanzó una a los periodistas: “¿Me recibirían bien si vengo a los Olímpicos?”. Ante la respuesta afirmativa de los reporteros, añadió entre risas: “Entonces, lo tendré en mente”.