La era de José Mourinho se cerró ayer en el Santiago Bernabéu con más ruido alrededor de su figura que fútbol, y una afición merengue dividida entre el apoyo y el abucheo al portugués, que presenció con grada semivacía el último triunfo del Real Madrid, 4-2 ante el Osasuna, en el final de una mala temporada 2012-2013.