Las elecciones del domingo en Venezuela no sirvieron para limar las diferencias políticas. Todo lo contrario, el estrecho margen de victoria que obtuvo el oficialista Nicolás Maduro encendió la polarización aún más. “Sacaremos las cacerolas, saldremos a defender nuestra voz, pero ese tipo no será mi presidente. La justicia de Dios siempre llega”, decía indignada Adriana Pérez, una diseñadora gráfica de 30 años que ponía en duda el resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

A la cacerola a la que se refiere Pérez es a la que prometía usar la noche de ayer, cumpliendo la petición que hizo a sus partidarios el candidato opositor Henrique Capriles Radonski en una alocución pública. “Nosotros tenemos la convicción de que ganamos las elecciones”, dijo el dirigente político, quien anunció que hoy protestarán ante la sede del organismo comicial para presionar la realización de una auditoría que contabilice manualmente el 100% de los votos.

Solo uno de los cinco rectores del CNE se ha pronunciado públicamente a favor de realizar la contabilización extraordinaria de los votos. Se trata de Vicente Díaz, quien no estuvo presente ayer durante el acto oficial de proclamación de Maduro como ganador de los comicios, porque consideró que antes era necesario realizar el cotejo de los resultados. “No se ha decidido nada aún”, aclaró.

Publicidad

Maduro fue proclamado oficialmente como el nuevo presidente de la República, mientras en parte de la ciudad de Caracas sonaban cacerolas y trancaban calles en protesta. En el oeste, las manifestaciones ocurrían en el sector de Montalbán, justo al lado de un complejo de edificios populares construidos durante el gobierno del fallecido Hugo Chávez. “¡Fraude, fraude!”, gritaban algunas amas de casa al tiempo de que golpeaban unas viejas ollas desde la ventana.

Capriles ha sido cuidadoso de no nombrar la palabra fraude en sus alocuciones, aunque ayer ratificó que sus evaluaciones le otorgan la victoria. El dirigente apeló a su liderazgo y les solicitó a sus seguidores que aguardaran sus instrucciones antes de avanzar en una ola de manifestaciones sin coordinación: “Estamos luchando por los derechos de los venezolanos. Es un presidente espúreo”, calificó a Maduro.

Revisión de números

La oposición venezolana trabaja en reunir las pruebas para demostrar las irregularidades del proceso electoral del domingo, explica Enrique Márquez, técnico representante ante el CNE. No solo se trata de una diferencia numérica, sino al menos 3.200 denuncias de fallas en centros de votación, amedrentamientos armados a testigos electorales y la manipulación de la voluntad de ciudadanos a través del voto asistido coercitivo.

Publicidad

“Cuando se sumen las actas del exterior, esa diferencia va a ser menos de 1%, menos de 150 mil votos. Nos asiste la razón”, defiende Márquez. Sin embargo, la reacción de la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, parece echar por la borda cualquier esperanza de la oposición: “No será el acoso, la amenaza o el amedrentamiento la vía para recurrir los actos del Poder Electoral”, dijo ayer justo al iniciar el acto de proclamación de Maduro.

Lucena rechazó la solicitud que hiciera el secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien pidió que se acordara la auditoría pedida por la oposición. “Es un acto injerencista que busca intervenir la soberanía nacional. Desconocen el ordenamiento jurídico interno”, refutó. A la oposición le dijo que siguiera el camino legal, a través de los tribunales locales.

Publicidad

El camino jurídico al que se refiere Lucena podría ser difícil para la oposición. El abogado constitucionalista José Vicente Haro explicó que podrían intentar un recurso contencioso ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para impugnar las elecciones, pero recordó que la instancia está presidida por la magistrada Yaneth Madrid, una exdiputada del Parlamento Latinoamericano cuando militaba en el partido chavista. “Es poco probable que vayan a darle la importancia y celeridad del caso, pero son gestiones que tendrán que hacerse”.

Afuera del ente comicial se congregó un grupo de simpatizantes del chavismo, quienes celebraron la proclamación de Maduro. “Nosotros le cumplimos a nuestro presidente Hugo Chávez. Aquí hay un pueblo que va a respetar y vamos a salir a defender nuestros votos. Nadie se olvida de nuestro presidente, porque lo amamos”, decía Cristina Rodríguez, trabajadora de una oficina pública de unos 40 años.

Maduro, quien la noche del pasado domingo dijo que estaría de acuerdo con realizar una revisión de los resultados, menospreció esta posibilidad. “A la burguesía de este país solo le importa el poder y las riquezas de la patria. La derecha odia a este país”, dijo en un discurso que no tendió a abrir puentes con una oposición que prácticamente lo iguala en votos, según el resultado de elección presidencial ofrecido por el CNE.

Dedicó su triunfo al difunto Hugo Chávez y recordó la figura del revocatorio, prevista en la Constitución, para relevar del cargo a los funcionarios públicos a la mitad del periodo de gobierno.

Publicidad