Ricardo Antón, exdirector de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), dijo ayer, luego de casi un año de haber renunciado, que en la compra de chalecos que él contrató para los motociclistas, tenía muchas cosas que aclarar: “Nunca dije que eran los mejores chalecos del mundo”.

Así contestó a los cuestionamientos sobre la mala calidad de las prendas. “Quedaron garantías técnicas por si salían malos”, dijo respecto de la recuperación de lo que invirtió el Estado.

Antón, al igual que el actual director de la ANT, Mauricio Peña, contradijo la visión del Gobierno de que el uso del chaleco era para combatir el crimen. “En mayo del 2010, ustedes pueden verlo, en los medios me referí a prendas retrorreflectivas, jamás hablé del tema de seguridad, de sicariato; en cuanto a los chalecos, siempre me referí a seguridad vial”.

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También negó que exista responsabilidad penal en el contrato que firmaron la ANT y la empresa IMC, filial del Grupo EICA (incautada por el Estado), como señala un informe que la Contraloría remitió a fines de marzo a la Fiscalía General.

“La compra la autorizó el directorio de la ANT. Yo fui simplemente el ejecutor de las resoluciones de un directorio”, dijo Antón. Y aclaró que no quiere echarle la culpa a ningún otro funcionario de la institución, pero está dispuesto a pedirles que acudan a una confesión judicial si es necesario.

Según el exdirector de la ANT, “la empresa IMC es 100% estatal” y “no existe la figura de peculado” cuando se trata de una negociación entre dos entidades del Estado. “La plata salió del bolsillo izquierdo del Estado y entró al bolsillo derecho. La transferencia la hizo el Ministerio de Finanzas”, dijo.

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Insistió en que el monto –que incluye dos contratos– no fue de $ 10 millones, sino de $ 6,6 millones para la compra de 600.000 pares de chalecos. “No son un millón doscientos mil, son dos juegos de chalecos con el mismo número de la placa”.

Según Antón, los auditores actuaron “de mala fe” al no encontrar una explicación de por qué se compraron 600.000 kits (dos chalecos más una placa) cuando en el 2010 solo había 171.383 motos matriculadas.

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Él asegura que para la compra, el directorio de la ANT se basó en cifras de importación del Servicio Nacional de Aduana y de la Asociación de Empresas Automotrices, que señalaban que en el país había más de 600.000 motos y que solo el 20% había sido matriculado.

Y descartó su participación con el acuerdo al que llegaron IMC y Take Business para la compra de los chalecos (fabricados por dos empresas chinas) que la primera vendió a la ANT. “Eso tiene que responder IMC”.

Reacción: A informe de auditoría
Ricardo Antón
Exdirector de la ANT
“No existe la figura de peculado en la negociación (directa) entre dos entidades del Estado”.