EFE-AFP
WASHINGTON.- El pasaje de Venus por delante del Sol el 5 y 6 de junio, un fenómeno excepcional que no volverá a ocurrir en 105 años, será una oportunidad única de observar planetas lejanos donde puede existir vida, señalaron astrónomos.

Los tránsitos de Venus captaron la atención del público en el siglo XVIII, cuando el tamaño del Sistema Solar era uno de los mayores misterios de la ciencia, recuerda la NASA en un artículo.

La distancia relativa de los planetas era conocida, pero no así sus distancias absolutas -cuántos kilómetros nos separaban de otro posible mundo- y Venus era la clave, según dedujo el astrónomo Edmund Halley (1656-1742).

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Expediciones internacionales
Halley consideró que, observando el tránsito desde varios lugares de la Tierra, debería ser posible triangular la distancia a Venus, lo que impulsó grandes expediciones internacionales para ver los tránsitos que se produjeron en 1761 y 1769.

Entre otros partió el explorador James Cook, que fue enviado a Tahití, en la actual Polinesia francesa, en un esfuerzo que algunos historiadores han llamado "el programa Apolo del siglo XVIII".

La NASA apunta que el experimento, en una visión retrospectiva, sonaba mejor de lo que fue su resultado, pues el mal tiempo en algunos lugares de observación y las limitaciones de los instrumentos primitivos causaron "confusión" sobre la densidad real de la atmósfera de Venus y otros datos.

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A finales del XIX, los astrónomos, con instrumentos más modernos y cámaras, lograron finalmente medir el tamaño del Sistema Solar como Halley había sugerido con los datos de los tránsitos registrados en 1874 y 1882.

Para buscar vida en el universo
Ahora los científicos del siglo XXI, con satélites en el espacio y mejores cámaras que nunca, esperan poder estudiar cientos de fenómenos como el comportamiento de los planetas extrasolares, en la búsqueda de vida en el universo.

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"Nos da la oportunidad de estudiar con gran detalle lo que estamos observando mucho más lejos (de nuestra galaxia, la Vía Láctea) y nos da más confianza en nuestra capacidad para interpretar las señales que detectamos", dijo a la AFP el astrónomo Rick Fienberg, de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS, por sus siglas en inglés).

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Streaming de la NASA del Tránsito de Venus.

Exoplanetas
Sin embargo, en el caso de estos exoplanetas, planetas lejanos que no orbitan alrededor del Sol, "su estrella no es más que un punto de luz porque están muy lejos de nosotros y por eso es difícil ver qué pasa", dijo el astrónomo Alan MacRobert, editor de la revista 'Sky and Telescope'.

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Todo lo que se ve cuando un planeta pasa por delante es una ligera disminución del brillo de la estrella, precisó.

Pero la luz de la estrella que atraviesa la atmósfera de esos exoplanetas deja una "huella" espectrográfica que permite reunir información valiosa sobre su composición, agregó MacRobert.

Video de la agencia EFE

"Podremos hacer mediciones de la atmósfera de Venus durante su pasaje delante del Sol y ver qué tipo de señales se obtienen tomando medidas similares de exoplanetas que pasan delante de su estrella, y luego comparar los resultados sabiendo que en el caso de Venus son exactos", dijo por su parte Gerard van Belle, un astrónomo del Observatorio Lowell (Arizona, suroeste).

Feinberg precisó que los primeros y últimos 20 minutos del pasaje de Venus, que durará en total seis horas y media, serán los mejores momentos para observar el fenómeno, porque entonces la luz solar a través de la atmósfera de Venus formará una especie de capa en todo el planeta.

"Es entonces que los astrónomos tratarán de medir la composición de la atmósfera de Venus", añadió.

Los expertos creen que la galaxia está llena de miles de millones de planetas rocosos que podrían permitir la vida. La mayoría aún no fueron descubiertos por los terrícolas, y se encuentran tan lejos que serían imposibles de alcanzar con la tecnología moderna.

El catálogo más reciente lanzado por el telescopio espacial Kepler de la NASA en marzo mostró un total de 2.321 candidatos a planetas orbitando 1.790 estrellas.

Diez de los 46 candidatos a planetas que podrían tener agua líquida tienen un tamaño similar a la Tierra, según la NASA. Pero en la mayoría de los casos, los científicos no tienen detalles sobre la atmósfera de estos planetas.