Aunque es de tres pisos, su casa no llama la atención en la Cooperativa Unidad Nacional de la populosa ciudadela La Florida, al noroeste de Guayaquil. Los bloques están a la vista, las ventanas solo tienen rejas y al pie de una ellas lucen algunos maceteros con plantas. Por la noche, la acera al pie del garaje se convierte en un puesto de venta de comida para los transeúntes y vecinos.