Con una inversión que llega a los $ 43’344.615, la vía Riobamba-Macas (Chimborazo-Morona Santiago) ya se encuentra lista y ofrece a quienes transitan por sus 92 km una serie de atractivos naturales en sus alrededores.

Este paso beneficia el desarrollo y crecimiento urbanístico, comercial y de prestación de servicios en los centros poblados de Riobamba, San Luis, Punín, Flores, Cebadas y Macas. Además, por su ubicación geográfica se constituye en una ruta de integración regional entre la Costa, Sierra y Oriente.

“Esta vía se ha convertido en un eje turístico entre Guayaquil, Bucay, Riobamba, Cebadas y Macas”, comentó Pablo Ramón, gerente de la empresa Construcciones y Servicios de Minería S.A (Concermin), ejecutora de la obra.

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A lo largo de la vía los pasajeros disfrutan de un paisaje natural que incluye las lagunas de Atillo, la Laguna Negra, cascadas como Manto de la Novia y partes del río Upano. Las cooperativas de transporte interprovincial que dan servicio por este viaducto son: Riobamba, Mushug Yuyay, Cebadas, Sangay y Unidos.

El proyecto estuvo a cargo de otras contratistas que por diferentes motivos no pudieron ejecutarlo. El 11 de diciembre pasó a manos de Concermin, empresa que comprometió todos sus recursos con el afán de finalizar esta obra que, según sus representantes, ha respetado el medio ambiente y las costumbres y tradiciones de quienes residen junto a la vía.

“El reto fue cumplido el 25 de febrero pasado (...) Se construyeron con mano de obra no calificada, en un 30% con gente de la zona, 15 viaductos porque no había ancho de vía. En cuatro sitios se estabilizaron 37 mil metros cuadrados de taludes y se terminó con la iluminación del túnel de Shuñac”, informó Oswaldo Barreno Pino, subintendente de Consermin.