Tenía apenas quince meses. Pero ya corría con fuerza. Decía “papi” o “mami” si quería algo; o un inmediato “¿mande?” cada vez que escuchaba su nombre. Así recuerda nuestro compañero de labores Xavier Lituma Echeverría a su único hijo, Miguel Santiago Lituma Escalante, una de las víctimas de la tragedia en la vía a la costa.

Miguelito, como lo llamaban la familia y amigos, había departido todo el sábado con su padre. Ese día jugó bastante. Se divirtió en casa de sus abuelos paternos hasta que llegó el momento de descansar, pues con su familia materna partiría al día siguiente a la reunión de los Testigos de Jehová.

Reunión que terminaría en el trágico suceso, en el que también resultó gravemente herida su madre, Sara Escalante.

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Al momento los restos del niño son velados en la Sala Especial 1 de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Hoy será sepultado en Parque de la Paz.