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LOS ÁNGELES, EE.UU..- La fiesta previa a los Grammy del productor Clive Davis, normalmente uno de los eventos de más alto perfil antes de la entrega de los mayores premios de la industria de la música, se convirtió este año en un tributo para Whitney Houston, quien falleció este fin de semana.

Sobre la alfombra roja fuera del evento del sábado por la noche, las grandes estrellas de la industria de la música estaban impactadas por los reportes de que Houston, una de las cantantes más talentosas de todos los tiempos, había muerto durante la tarde en el mismo hotel, el Beverly Hilton.

En la gala, el ánimo de estrellas que iban desde Sean Combs a Tony Bennett era inicialmente sombrío, pero durante sus primeros comentarios Davis, quien descubrió a Houston y se convirtió más adelante en su mentor, dijo que era hora de celebrar su vida.

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"En palabras simples, Whitney habría querido que la música continuara y su familia nos pidió que siguiéramos adelante", dijo Davis a la consternada audiencia.

Pero las actuaciones y conmovedores tributos de artistas como el rapero Combs, la banda británica The Kinks, la estrella emergente Wiz Khalifa y la cantante de RB Alicia Keys hicieron que la atmósfera fuera más luminosa. Y los invitados fueron alentados a recordar a Houston por su legado musical.


"Whitney Houston tenía la mejor voz del mundo. Escucharla cantar era como escuchar magia. Si no hubiera sido por Clive Davis, el mundo podría no haber conocido a esta voz milagrosa", dijo Combs a los asistentes.

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Bennet dio inicio a la noche con una interpretación de "How Do You Keep The Music Playing" y ofreció un discurso en el que mencionó las trágicas muertes de Michael Jackson y Amy Winehouse, quienes al igual que Houston tuvieron problemas por abusos de drogas.

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The Kinks se juntaron para cantar una colección de éxitos como "Waterloo Sunset" con Jackson Brown y "The Days" con Elvis Costello, antes de animar la fiesta con el famoso tema de 1964 "You Really Got Me".

Keys interpretó un mix de sus temas más famosos como "Somewhere in a City Like Mine" y "Empire State of Mind", y dijo que no se hubiera convertido en cantante si no hubiera contado con la influencia de Houston.

Pero poco después, un sombrío LL Cool J, el anfitrión de la velada,
apareció vestido de negro y le dijo al público: "No hay cómo darle la
vuelta a esto. Hemos sufrido una muerte en nuestra familia".

Entonces guió a los presentes en una oración para "nuestra hermana caída, Whitney Houston".

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"Padre Nuestro, te agradecemos por compartir a nuestra hermana Whitney
con nosotros", dijo, mientras celebridades como Lady Gaga y Miranda
Lambert inclinaban sus cabezas en oración. "Aunque ha partido demasiado
pronto, permanecemos verdaderamente bendecidos de haber sido tocados por
su hermoso espíritu".

De inmediato presentó un clip de una radiante Houston cantando una de
sus canciones más conocidas, 'I Will Always Love You'. LL Cool dijo
después, haciendo alusión al título del tema: "Whitney, nosotros siempre
te amaremos".

En su interpretación de 'Runaway Baby', Bruno Mars también mencionó el
deceso: "Esta noche estamos celebrando. Esta noche estamos celebrando a
la hermosa señorita Whitney Houston".

Houston falleció en la víspera del Grammy en el hotel Beverly Hilton,
donde se preparaba para asistir a una fiesta del Grammy por la noche.
Previo a la muerte de una de las figuras más importantes de la música
pop, los rumores del Grammy se enfocaron en si Adele sería la reina de
la noche. Aunque Kanye West encabezaba la lista de nominados con siete
candidaturas y Bruno Mars y los Foo Fighters empataron con Adele con
seis, ella era la favorita.

Momentos antes de comenzar el show el foco seguía siendo la muerte de
Houston. Un homenaje a la cantante, en la voz de Jennifer Hudson, se
anunció para la ceremonia central.