Por las afecciones respiratorias de su hijo, de 5 años, Ana Murillo llegó desde el cantón Samborondón al hospital Neumológico Alfredo Valenzuela, el jueves pasado.

Pocos minutos después, el menor fue valorado en el área de pediatría. Allí le tomaron el peso, talla, temperatura y, luego, fue atendido por la especialista en uno de los dos consultorios que fueron remodelados y equipados con negatoscopios (donde se leen las radiografías) hace días.

“Antes era un espacio sin división con dos especialistas. Pero ahora tenemos dos consultorios, un área de valoración y una sala de espera”, comentó Bolívar Reinoso, subdirector técnico de la casa de salud, quien agregó que se atiende a diario a unos 45 niños con problemas respiratorios, en el horario de 08:00 a 16:00.

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Además, se realizó la reestructuración integral de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCIN). Se instaló hace unos quince días dos extractores con filtros HEPA, los cuales evitan la propagación de bacterias y virus a través del aire para prevenir infecciones a otros pacientes.

La sala, que cuenta con siete camas, está distribuida en tres espacios. Dos de ellos están cerrados para mantener aislados a los enfermos crónicos que padecen de males infecciosos como tuberculosis, TB MDR, HIN1 y VIH.

Entre el equipamiento constan gasómetros, que sirven para medir gases como oxígeno y CO2 en la sangre; contador de electrolitos, que mide sodio, potasio, cloro, magnesio; monitores multiparámetros, que controla la presión arterial y frecuencia cardiaca del paciente; un desfibrilador (que efectúa choques eléctricos en caso de paros cardiacos); ventiladores volumétricos, para dar soporte mecánico a los pacientes que no puedan respirar solos.

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Alrededor de 40 pacientes se atienden mensualmente en UCIN. “Con estos cambios se dará mejor atención con altos parámetros de bioseguridad a los pacientes”, señaló Reinoso.

El hospital además cuenta con un área denominada ‘albergue’, que fue habilitada hace más de un mes para dar hospedaje a los familiares de los pacientes que están en UCIN.

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Blanca Álvarez es una de las familiares que tienen en el albergue “un lugar para descansar”, debido a que desde hace un mes su esposo está en UCIN por tener bronconeumonía.