La Asamblea General de las Naciones Unidades, en la reciente sesión que reunió a presidentes y jefes de Estado de más de 190 países, conoció el preocupante informe de la Organización Mundial de la Salud acerca del aumento de las enfermedades no transmisibles, las cuales, en la actualidad, afectan al mundo entero, incluidos los países del Tercer Mundo.

En Quito, la representante de la Organización Panamericana de la Salud, doctora Celia Riera, y funcionarios del Ministerio de Salud, ofrecieron una conferencia, seguida por un conversatorio sobre el tema y además se presentaron informes acerca de algunas labores de prevención respecto a la diabetes y otras enfermedades.

La población mundial sigue creciendo aunque a un ritmo menos acelerado que antes. En el año 2000 llegó a 6 mil millones y en el 2010 a cerca de 7.000 mil millones, al tiempo que aumentó la llamada esperanza de vida al nacer. En Estados Unidos llegó a 78,2 años; en Latinoamericana a 73,4 años; en Ecuador a 73 años. Por varias razones ha disminuido notablemente la mortalidad por enfermedades infecciosas, mientras las no infecciosas han ido aumentando de tal manera que ahora constituyen un problema alarmante. La Organización Mundial de la Salud considera como muertes “prematuras” aquellas que se producen en personas de menos de 70 años de edad.

Las principales enfermedades no transmisibles son las cardiovasculares y el cáncer. Les siguen, pero en menor proporción, la diabetes y las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas. Tales enfermedades tienden a ser de larga duración y su tratamiento de muy alto costo tanto para el mismo paciente y sus familiares, cuanto para el Estado. Para peor, los resultados de los tratamientos son poco alentadores, máxime que, en muchos casos, resultan tardíos.

La Organización Mundial de la Salud ha considerado impostergable que las más altas autoridades, presidentes y jefes de Estado, conozcan de tan deplorables datos y perspectivas a fin de que los respectivos países adopten medidas oportunas a favor de los millones de personas aquejadas de las enfermedades no transmisibles.

De la mayoría de estas enfermedades se conocen las causas y los mecanismos y por consiguiente, son prevenibles. Entre las principales causas están la alimentación rica en grasas saturadas, sal y azúcar (exceso de calorías y obesidad), consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, vida sedentaria y falta de ejercicio físico. Por tanto, si se evitan las causas, se previenen en gran medida estas enfermedades: no basta pero es recomendable ejercitarse físicamente: una buena caminata de 30 minutos diarios o más, asistir al gimnasio o practicar estupendos métodos como el yoga; también un régimen alimenticio adecuado, y dejar el cigarrillo; desde luego, en el caso de los adolescentes lo más importante es evitar que, bajo ciertas influencias, caigan en el hábito de fumar. Es bueno limitar las bebidas alcohólicas. Los resultados de estos cuidados se irán advirtiendo claramente a medida que la persona avance en años y envejezca, manteniendo buena salud, calidad de vida, y gran disminución de los achaques.