La ciudadanía tiene derecho a saber. Ese es el argumento con el que Kristinn Hrafnsson, portavoz de la organización Wikileaks, defendió las filtraciones de comunicaciones del servicio exterior de Estados Unidos, alabadas y criticadas en el mundo.

Y criticadas hoy aún más por la reciente decisión de la organización dirigida por Julian Assange de publicar los 250.000 cables de la diplomacia estadounidense sin borrar los nombres de las fuentes. Esa postura fue fuertemente rechazada hoy por los periódicos El País, The Guardian, The New York Times y Der Spiegel, que fueron los que, en asociación, publicaron una buena parte de los cables.

Información en más manos
Hrafnsson dictó la conferencia ‘Presente y futuro del periodismo de investigación’, en el Hotel Hilton Colón, ante un auditorio de unos cien periodistas de investigación de la región que participan desde hoy y hasta el próximo lunes en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin), organizada por el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS), de Lima.

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El portavoz de Wikileaks recalcó la importancia de la información en manos de la ciudadanía. Tener la información da poder, precisó. Si la logra tener el Gobierno, ellos tienen el poder, pero si la tienen muchos, el poder es de muchos, destacó.

Hrafnsson agregó que la transparencia va a incrementar la justicia, y que ese es el objetivo de Wikileaks.

El portavoz aseguró que pese a que se ha presionado para que no llegue ayuda a la organización vía tarjetas de crédito, ellos siguen recibiendo importante apoyo financiero para trabajar.