Desorden, protestas contra revendedores que acapararon boletos, personas formadas durante más de seis horas en filas que no avanzaban, hinchas que se fueron sin poder comprar entradas y taquillas que no abrieron sus ventanillas en el tiempo previsto (otras boleterías, como las del sector de Pío Montúfar hasta las 14:30, no atendían) caracterizaron ayer en el Capwell la venta de entradas para la final de mañana entre Emelec y Liga de Quito.