Rómulo Barcos y su hijo, Bruno, fueron dos de las más de quince víctimas que habían sido asaltadas en el puesto de lavado de carros de la 22 y Capitán Nájera. Conmovido por la tragedia, Teófilo Barzola, el dueño de la vivienda, presentó a través de este Diario sus condolencias al periodista, y contó que solo quiso proteger a su cliente, contrariado por tantas agresiones delincuenciales que han sufrido.

"Yo no disparé al aire, ni salí a agredir a nadie, mi única intención era asustarlos para que no le roben al señor Rómulo Barcos, y le dije al ladrón que estaba apuntándolo que baje el arma, cuando lo vi que bajaba los brazos me confié, me descuidé, pensé que se irían, pero comenzaron a dispararme a matar, me hirieron y ocasionaron tremenda tragedia con el niño, pudo ser mi hijo la víctima que estaba sentado junto a él", cuenta el hombre que trabaja como custodio. En esa labor, comenta, ha enfrentado a delincuentes en tres asaltos desde el 2008.

Además, dice que desde agosto del año pasado, cuando con su esposa decidieron invertir más de $ 1.000 en equipos para dar el servicio de lavado de vehículos, el ataque de la delincuencia ha sido constante. La inseguridad creció tanto que si al principio lavaban unos 25 carros por día, ahora llegaban a 6. Por eso, este año comenzaron a recolectar firmas entre los vecinos para pedir que se coloque una carpa policial en el barrio. "En junio pasado desistí en ese anhelo de buscar algo de seguridad, porque un policía me comentó que yo tenía que comprar la carpa y darle todos los días el almuerzo al menos a tres personas, yo recursos no tengo", cuenta la esposa de Barzola, quien protege su identidad.

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Hoy, ante el temor de ser atacados por los mismos delincuentes, la pareja, que tiene tres niños, abandonó la vivienda, a la que, dice, no volverá jamás, pues temen por sus vidas y el bienestar de los pequeños.

"Nunca más podremos volver allá, que es la casa donde crecí junto a mis padres ya fallecidos, porque los vecinos nos han dicho que desde el día del incidente han llegado sujetos desconocidos, que ellos señalan como delincuentes de barrios cercanos, me imagino que tendrán la intención de hacernos daño", se lamenta Teófilo Barzola.

Él también quiso aclarar que la versión policial que lo señala como persona con antecedentes penales "es errada", "porque es cierto que estuve detenido en el 2003, pero solo dos semanas, dentro de un proceso investigativo, después de un atraco a la agencia bancaria de Guayaquil en la que yo trabajaba, porque siempre he laborado dando seguridad, pero demostré mi inocencia, quedé libre de cargos y pude volver a trabajar".

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Después de escuchar la versión policial el pasado domingo con la presencia del ministro del Interior, Gustavo Jalkh, Barzola se mostró indignado. Es más, planea iniciar "una demanda por daños y perjuicios, porque no es justo que con tanta ligereza se dañe la imagen de los ciudadanos honestos, en lugar de atacar con mano dura la delincuencia y replantear un cambio en las leyes que favorecen a quienes nos tienen aterrados. Ni en nuestra casa estamos seguros", critica.