Jorge Martillo Monserrate
.- El libro tiene su historia y su misterio. Así tenía que ser. Es Libro de misterio de Rodolfo Pérez Pimentel, biógrafo y cronista vitalicio de Guayaquil. Una recopilación de 92 relatos publicados -entre 1985 y 1986- en diario Expreso.
Cuando se leen esas páginas, por ejemplo, uno se encuentra en el entierro del adinerado don Agustín, del que la gente de Babahoyo cree que tenía un pacto con el diablo y acude al velorio para ver si, entre olor de azufre y chamusquina, aparece el diablo a reclamar su alma y cadáver. No están ausentes tampoco los perritos del diablo, como eran conocidos los yuchos -sin pelo-, que cuando aparecían se creía anunciaban desgracias.
Tampoco faltan: Juanita la Mondonguera, Juanita Calabazas, ni el negro Canguil, todos brujos del Guayaquil del siglo XVIII. Y no han sido olvidados hechos más recientes de medicina y espiritismo ocurridos, hacia 1945, en el Centro Marden de nuestra ciudad.
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Después de 25 años, esos relatos que eran ilustrados por Orlando Ortega y Segundo Obando, vuelven a la luz pública en forma de libro.
Pérez Pimentel, quien ha publicado 23 tomos de Diccionario biográfico del Ecuador y El Ecuador profundo, refiere que la idea de relatos sobre demonios y mitos del Litoral fue de Galo Martínez Merchán y que a él se le ocurrió "escribir sobre cuestiones parapsicológicas que en alguna cosa se relaciona con el misterio y sobre lo que a la gente le da miedo cuando se las escuchaba en las sombras de la noche".
Recuerda Rodolfo Pérez que cuando era un muchacho leyó varios libros del famoso escritor francés Camilo Flammarion, quien unía la parte científica con la parapsicológica, y tampoco olvidó las historias sobre aparecidos contadas en las tertulias familiares. Las clásicas historias de miedo de antaño, algo parecido a las actuales historias urbanas que hasta circulan por internet.
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Indago si en este género existen cultores nacionales clásicos y recuerda las publicadas, en su gran mayoría, por Gabriel Pino Roca, en Leyendas, tradiciones y páginas de la historia de Guayaquil, y algunas por Modesto Chávez Franco, en Crónicas del Guayaquil antiguo.
Muy autocríticamente cree que sus relatos son literatura popular, "cuentones escritos casi a la carrera, sin mayor dedicación ni estilo por las premuras que impone el periodismo". Historias rescatadas de la tradición oral de personas mayores que las contaban "cuando aún reinaban las sombras en los pueblos sin luz eléctrica y la gente solía reunirse a contar historias de muertos y aparecidos a la luz tenue de las tinieblas". El Dr. Pérez Pimentel evoca que su carrera de escritor se inició en un suplemento dominical de Diario EL UNIVERSO, entre los años 1968 y 1982; crónicas que luego reunió en los cuatro tomos de El Ecuador profundo.
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Esa mañana en su oficina de notario, comenta, está por salir el tomo 24 del Diccionario biográfico del Ecuador y que tal vez sea el último en publicar, pues no tiene tiempo. Labora 10 horas diarias en la Notaría. "Son de un trabajo forzado porque el notario no puede delegar funciones, todo tiene que pasar por sus manos porque hay personas que vienen con malas intenciones y uno tiene que ponerse en actitud detectivesca para descubrir dónde queda la verdad y dónde la falsedad".
En esos 24 tomos del Diccionario existen 1.500 personajes biografiados. Lo que sí publicará es su archivo de tarjetas, prácticamente inédito, "porque de esa manera en algún futuro -dice esperanzado- alguien puede seguir mis pasos".
Se muestra satisfecho porque su página web:
diccionariobiograficoecuador.com, desde el 2005 ha recibido cerca de 96.000 visitas, convirtiéndolo en el escritor ecuatoriano más leído electrónicamente. Sin misterio afirma: "Escribir para que no te lean, mejor es poner tu obra en internet. La mayor parte de los ingresos son estudiantes". Pero dónde sí hay bastante historia y misterio es en su Libro de misterio.