En mayo del año pasado acudió al llamado de acuartelamiento en la Base de Movilización Occidental de la ciudad. Érica Lozano, de 20 años, tenía la esperanza de recibir la instrucción militar, pero regresó decepcionada a su casa, en Durán, cuando le informaron que no podría hacerlo hasta que las Fuerzas Armadas tengan las instalaciones adecuadas para acogerla.