Está de moda, a propósito de Honduras, la Carta Democrática Interamericana,  expedida por la OEA el 11 de septiembre de 2001, cuyo artículo 1 señala: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”, y cuyo artículo 3 determina: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.

Parece un ejercicio interesante analizar si estos elementos esenciales para considerar a un Estado como democrático, están presentes hoy en Ecuador.

“Respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”: el caso Dayuma, los insultos a periodistas, las sanciones a Teleamazonas, la persecución a los estudiantes de la Católica, la prisión de los ciudadanos que supuestamente ofendieron la Majestad del Poder, etcétera, son unos pocos ejemplos de que el sistema de libertades en Ecuador está en permanente amenaza.

“Sujeción al Estado de derecho”: la Constitución no es más que un adorno costoso, que surgió previa violación de la Constitución de 1998. No olvidemos la toma violenta del Tribunal Constitucional, la disolución del Congreso, la ilegítima actuación de la Asamblea de Montecristi, la reestructuración de la Corte de Justicia, la autoproclamación de la Corte Constitucional, etcétera, evidencias categóricas de que en el Ecuador el Estado de derecho no existe.

“Celebración de elecciones periódicas, libres”: ¿puede hablarse de libertad cuando la publicidad oficial inundó de forma arbitraria y discriminatoria los últimos procesos electorales?; ¿cabe hablar de libertad cuando la gran mayoría de ecuatorianos no conoció ni el texto de la nueva Constitución ni a la mayoría de candidatos que iban a elegirse?

“Régimen plural de partidos y organizaciones políticas”: una de las bases de la democracia es el pluralismo político y el pensamiento diverso, a partir del cual se deben construir los consensos que una convivencia democrática requiere, a efectos de que las diversas visiones que existen en la sociedad puedan estar presentes, en mayor o menor medida, en las decisiones que se adopten. ¿Se respeta en el Ecuador al pensamiento diverso o, por el contrario, se ataca a todo lo que signifique una visión diferente a la oficial?; ¿alguien puede sostener que en la actualidad el régimen es tolerante y pluralista?

“Separación e independencia de los poderes públicos”: hace poco el Presidente, en uno de sus errores más notorios, señaló que era Jefe de todas las entidades públicas, incluyendo los organismos de control y la Función Judicial. Tan errada concepción del poder demuestra que en Ecuador no existe separación de poderes.

Bien haría el Presidente, en lugar de llamar al pueblo de Honduras a levantarse contra un gobierno que únicamente los hondureños deben decidir si es o no legítimo, intentar construir en el Ecuador un sistema democrático que nos brinde la posibilidad de construir una sociedad tolerante, progresista y respetuosa de las libertades.