En su pugna con Perú por tener registrado el mayor número de especies de mariposas, Colombia ha dado un paso de gigante en la exhibición de estas criaturas: mariposarios interactivos que recrean ecosistemas naturales.

Esta iniciativa contribuye a exhibir la biodiversidad del país, una de las más ricas del mundo con cerca de 3.500 tipos de lepidópteros frente a los entre 3.500 y 4.000 estimados en Perú por los investigadores de la nación vecina.

Durante una visita al lugar, el cuidador del mariposario del Zoológico de la ciudad colombiana de Cali, Alejandro Perdomo, reconoció a Efe que las cifras oficiales de especies catalogadas en ambos países varían "casi de un día para otro".

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"Aún no se han hecho registros en muchos lugares en los que pueden aparecer nuevas especies que ampliarían el conocimiento de estos insectos", añadió, al explicar que es muy costoso para los investigadores acceder a algunos entornos naturales colombianos.

El mariposario interactivo de Cali, un zigzagueante jardín, es un espacio aparentemente al aire libre, pero en realidad cubierto por una malla casi inapreciable que evita que estos pequeños animales escapen del recinto.

"Esta exhibición ha sido diseñada para que la gente aprenda, conozca y se sensibilice con el papel que juegan estos insectos en un medio natural y la importancia de conservarlos", detalló Perdomo.

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Colibrís, pájaros semilleros, libélulas, vegetación de gran colorido, una cascada y un riachuelo con carpas, recrean, en 450 metros cuadrados, el ecosistema natural de una veintena de especies de mariposas que interactúan con el visitante y componen un mosaico de colores cuando se posan sobre las flores para alimentarse.

La selección de ejemplares se rige por la longevidad de las especies en este entorno artificial, que puede llegar hasta los nueve meses de vida en algunos casos.

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También por su comportamiento activo o pasivo, para rellenar los espacios aéreos y adornar las plantas, y por el colorido y vistosidad de sus alas.

Control sobre especies
Todos las especies exhibidas, -entre ellas la mariposa cebra, la mariposa búho o la monarca común-, son criadas y controladas por los cuidadores que recolectan los huevos de las mariposas más características que pueblan las orillas del río Cali, que atraviesa la ciudad del mismo nombre en el suroeste de Colombia.

Los cuidadores dirigen el nacimiento de los individuos desde la formación de los huevos hasta el surgimiento de los gusanos, que más tarde se convierten en crisálidas para transformarse en bellas mariposas.

Cada día liberan los ejemplares nacidos por la mañana.

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El mariposario de Cali, que abrió sus puertas en 2003, tiene un fin educativo y de investigación, un objetivo similar a los que albergan los zoológicos de Medellín y Calarcá (Quindío), éste último con forma de mariposa.

Estos son los más bellos y atractivos para visitar, porque hay otros mariposarios en Colombia destinados a la exportación de crisálidas a instituciones europeas durante los meses de verano y a la venta local.

En Colombia, donde las mariposas las mitificó el Nobel Gabriel García Márquez en "Cien años de soledad", es una tradición liberar estos insectos en celebraciones importantes, como matrimonios y cumpleaños.