Menos de la mitad de los hispanos de Estados Unidos cree que la policía o la Justicia los va a tratar con imparcialidad.

Este alto índice de desconfianza institucional es uno de los hallazgos principales del estudio ‘Hispanos y el Sistema de Justicia Criminal: Baja Confianza, Alta Exposición’ presentado por el Centro Hispano Pew, un grupo de investigación sin afiliación política en Washington.

El trabajo se basa en una serie de encuestas realizadas a nivel nacional que revelan una disparidad notable en la evaluación del accionar policial y judicial entre distintos grupos étnicos o raciales. Solo el 45% de latinos considera que los funcionarios policiales tratan a todo el mundo por igual, frente al 74% de los consultados de raza blanca.

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La población negra muestra un nivel aún mayor de desconfianza. Apenas el 36% cree recibir un trato similar al de los blancos. En el caso de la Justicia, solo el 49% de los hispanos respondió favorablemente a la pregunta de si esperaba un proceso imparcial en los tribunales de su comunidad.

El estudio manifiesta el escepticismo de la comunidad latina tras una década de creciente interacción con la policía, los juzgados y las cárceles como resultado de su crecimiento poblacional, pero también como fruto de una política más severa en cuanto a la aplicación de las leyes de inmigración.

El 56% de los hispanos encuestados manifestó haber tenido algún tipo de contacto con el Sistema de Justicia Criminal de Estados Unidos en los últimos cinco años, ya se trate de reportar un delito, servir de jurado, o de haber sido arrestado o encarcelado.

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La proporción de hispanos encarcelados creció del 16% en el 2000 al 20% en el 2008, lapso en el que los latinos solo subieron del 11% al 13% de la población adulta total del país.

En el 2007 el 4% de los hispanos mayores de edad estaba en prisión o en libertad condicional, comparado con el 2% de la población blanca.

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Mark Hugo López, director asociado del Centro Hispano Pew y uno de los autores del informe, dijo que, aunque el trabajo no investiga qué fue exactamente lo que erosionó la confianza institucional de los latinos, hay algunos elementos que “echan luz sobre el problema”. Uno de esos indicadores es la gran oposición de los hispanos –81%– a que las policías locales se involucren en la aplicación de las leyes de inmigración.

En una reciente audiencia en la Cámara de Representantes, George Gascón, jefe del Departamento de Policía de Mesa, Arizona, le explicó a los congresistas que cada vez es más difícil lograr la colaboración de los inmigrantes que son testigos o víctimas de crímenes, quienes temen que eso perjudique su permanencia en el país. “Es como que estamos en la década de los cincuenta o sesenta, cuando los policías eran vistos como enemigos de las minorías”, dijo.

Otra causa parece ser la alta exposición al prejuicio racial, el 9% de los latinos consultados –tanto inmigrantes como ciudadanos– fueron en algún momento parados en la calle por las autoridades e increpados por su situación legal.

“Si uno considera que hay alrededor de 35 millones de hispanos en Estados Unidos, estamos hablando de más de tres millones de personas que fueron abordadas con relación a su aspecto físico. Es una cifra muy significativa”, afirmó López.

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Para Jorge Mario Cabrera, portavoz de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles (Chirla, por sus siglas en inglés) ayudaron a alimentar la desconfianza varios casos en los que policías fueron exonerados por proceder en forma abusiva contra negros o hispanos.

En un centro comercial de Los Ángeles, un joven estadounidense que no quiso dar su nombre afirmó que el pecado de muchos hispanos es estar en el país ilegalmente. “¿Cómo van a confiar en la justicia o en la policía cuando ellos mismos, o un amigo, o un familiar cercano, están violando la ley?”.

Yamira Muñoz, latina residente legal en Estados Unidos, elabora un argumento similar pero para reclamar la urgencia de una reforma a la inmigración. “Si se le da una oportunidad para ponerse en regla a toda esta gente que solo ha venido a trabajar, su aprecio por las instituciones cambiará drásticamente”, aseguró.

Textuales: Perspectivas
Jorge Mario Cabrera,
Portavoz de Chirla
“Muchos (latinos) dudan de convencer a un jurado de su condición de víctimas”.

George Gascón,
jefe de Policía de Mesa, Arizona
“La confianza que tienen las minorías en la policía ha retrocedido y se la ve como enemiga”.