La legalización del aborto está sostenida por una afirmación radical y por dos afirmaciones optimistas relativas a las consecuencias, que desvanecen todo peligro para la mujer. La afirmación radical equipara la extracción de un óvulo fecundado y anidado a la  extracción de un tumor del cuerpo de la mujer. Esta afirmación radical se estrella contra la  biología, según la cual un óvulo fecundado ya tiene una identidad propia, un ADN diverso del de la madre y del padre.

La primera afirmación optimista dice que el aborto no causa daño psicológico a la mujer.

La agencia Zenit hace conocer resultados de diversos estudios realizados en Inglaterra y Estados Unidos.

1. Según el estudio publicado por  British Journal of Psychiatry, las mujeres que tienen un aborto corren un riesgo mayor de desarrollar problemas mentales.

2. Investigadores de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, después de entrevistar a  más de 500 mujeres, cuya edad iba de los 15 a los 30 años; publicaron el resultado del estudio en  Medical News Today:  De 686 embarazos hubo 153 abortos, que implicaron a 117 mujeres. Estas mujeres que habían abortado sufrían el 30% más de problemas mentales que las demás mujeres.

3. La American Psycological Association afirmó no haber encontrado evidencias de que el aborto cause problemas mentales.

4. Esta afirmación fue corregida por el estudio de Family Research Council, y por otros expertos; quienes observan que la selección realizada por la American Psycological Association es enormemente sesgada. Tony Perkins, Presidente de la misma Association afirma que “existe consenso entre muchos eruditos de las ciencias sociales y médicas en que un mínimo del 10% al 30% de las mujeres que abortan sufren consecuencias psicológicas graves, prolongadas y negativas”.

5. El Royal College of Psychiatrist, al mismo tiempo que señala la necesidad de ulteriores estudios para llegar a conclusiones aún más fundadas, hace ver la obligación moral de informar a las mujeres los riesgos, que lleva consigo el aborto. “No puede haber consentimiento informado, sin proporcionar una información adecuada y apropiada”, especialmente a la mujer embarazada.

6. El psicólogo Vicent Rue en un artículo publicado en la revista  The Lancet  manifiesta su desacuerdo con las declaraciones de que el aborto es psicológicamente sano para las mujeres; pues los riesgos son reales:
“Algunas mujeres experimentan problemas psicológicos tras un aborto; y esto no debería trivializarse.”

Según la segunda afirmación optimista,   el aborto legalizado evita a las mujeres el riesgo de morir; pues se realiza con mejores atenciones.
Esta afirmación es desmentida y calificada como “mito de los abortos ilegales”:

Thomas Euteneuer, en artículo publicado en  Life News  descubre que en Nicaragua, en 2007, año posterior a la penalización del aborto, hubo 21 mujeres muertas, en comparación con las 50 que murieron antes de la despenalización, en 2006.

Benedicto XVI, refiriéndose a Italia, dice: “Tres décadas de aborto legalizado han llevado a una caída en el respeto a la persona humana”.

Rechazar el aborto no es negar los problemas personales y sociales; es señalar que el aborto no los soluciona.