Neologismo por hibridación entre "información" y "entretenimiento", que Aurora Labio Bernal define como "una nueva forma de hacer periodismo que desvirtúa la información a través de un tratamiento ligero de los datos y una clara aproximación a temas y géneros considerados más del gusto de un público que consume una actualidad rápida que también se desvanece a un ritmo vertiginoso". La autora no se limita al llamado periodismo de farándula y define más bien una tendencia consumista actual en todos los géneros de la prensa, que utilizan espectacularidad, banalización de la información y del debate y rápida obsolescencia de los problemas, que son superficialmente presentados. En otros términos, que la primera plana de hoy se vuelva inmediatamente el desechable "periódico de ayer", según explicaba Héctor Lavoe, el malogrado filósofo existensalsista.

Nuestra prensa no escapa al "infotenimiento", ni la privada ni la estatal. Incluso sospecho una especie de acuerdo tácito entre algunos medios particulares y el Gobierno para "infotener" al público ecuatoriano, a través del pugilato semanal entre la sabatina presidencial y la respuesta previsible de los aludidos. Así, un sábado cualquiera el Presidente derrocha iracundia para denigrar a Lourdes Tibán y su gestión en el Codenpe, exhibiendo más disgusto que argumentación y pruebas: round para Correa. El público se dispone a presenciar un atractivo pleito entre la sorna y el ingenio y busca la respuesta de Tibán a primera hora del lunes, ante uno de los dos entrevistadores considerados prestantes de nuestra televisión. Esta vez gana Teleamazonas y la cotopaxense satisface a sus fans desplegando su conocida ironía ante las cámaras: round para Lourdes. Pero los "infotenidos" aficionados casi no se han percatado de que ella tampoco mostró pruebas de respaldo para defender su administración. Dos veces circo, por si acaso falte pan. En nuestra autocomplaciente cultura, todavía creemos que "debate político" es adjetivación gesticulante y no argumentación sustantiva.

El espectáculo prosigue por dos o tres días más entre Manuela, la "second" del Mandatario que ha tomado el relevo, y una Lourdes dispuesta que alude a la testosterona presidencial. Pero las tribunas ya han perdido interés por esta disputa; un nuevo teledrama es el superestreno de la semana: Chauvin & Los Ostaiza. Finalmente, los ecuatorianos jamás sabremos la verdad acerca de la utilidad y la función del Codenpe, ni podremos juzgar la legitimidad de su clausura, como tampoco sabremos nada cierto  sobre el escándalo del divorcio de la tecnocumbiera o sobre la paliza que el futbolista le dio a su ex. Es que en el país del "infotenimiento", las distancias entre el periodismo de farándula y el llamado "serio" se reducen permanentemente.

Si se trata de distraer el público para acallar la discusión y evitar la insistente  pregunta por la verdad, ¿acaso los ecuatorianos tenemos sincero interés por conocer el real estado del Estado? Para los que prefieran conservar la inocencia y las ilusiones, no faltará prensa que divierta y acomode. Pero quienes queremos realmente saber debemos exigir que nos den liebre por liebre, los sábados y los lunes… y siempre. Recordémoslo parafraseando la vieja canción de Ethel Merman: There’s no business like show/ news business. Traducción libre: No hay mejor negocio para todos los interesados que aquel del "infotenimiento".