El presidente paraguayo sorprendió a propios y extraños al declarar que no descarta pelear por la reelección en el 2013, en un cambio de postura que promete agitar el ambiente político local.

Durante la campaña que lo llevó a la presidencia en el 2008 y en sus primeros meses de Gobierno, Lugo aseguró que jamás buscaría ser reelecto, marcando distancias con su antecesor, Nicanor Duarte.

Pero en un recorrido por el este del país el sábado, el gobernante admitió su interés por continuar en el cargo: "Si el pueblo lo pide y las leyes lo permiten, podría ser", dijo a medios locales, consultado sobre asunto.

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La búsqueda de una reforma constitucional para ser reelecto pondría a Lugo, un ex obispo católico de tendencia socialista que asumió en agosto del 2008, en consonancia con sus aliados de la región, los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez, de Bolivia, Evo Morales, y de Ecuador, Rafael Correa.

La Constitución paraguaya prohíbe la reelección presidencial y sólo a través de una reforma Lugo podría permanecer otro período como presidente.

Duarte Frutos fracasó en su intento de modificar la carga magna, una estrategia que le restó popularidad y contribuyó a que su partido sea desalojado del poder luego de gobernar Paraguay por más de 60 años.

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"Realmente me sorprende (la afirmación de Lugo), pero la gente tiene derecho a cambiar", dijo el vicepresidente de la República, Federico Franco, tras ser citado por el diario ABC.

Las declaraciones de Lugo fueron en respuesta a una afirmación del presidente del Congreso, el opositor Enrique González, de que el mandatario buscaba reformar la Corte Suprema de Justicia para tener el camino libre hacia la reelección.

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Días atrás Lugo convocó a una sesión extraordinaria del Senado para llenar una vacante en el tribunal supremo, pero la reunión no pudo llevarse a cabo por la ausencia de dos legisladores de la coalición gubernamental, en una movida política que dejó mal parado al mandatario.