Para Víctor Espinoza y Narcisa Cedeño los focos que reparan tienen muchas veces valor sentimental. “Las personas nos traer foquitos americanos ya antiguos, de los buenos que salían antes de que aparezca la mercadería china”, comenta Espinoza, mientras arregla un juego de 140 luces, por el que cobra un dólar.

Esta pareja de esposos trabaja en el Mercado de Artículos Varios o de las Cuatro Manzanas, como también es conocido, ubicado en las calles Seis de Marzo, Pío Montúfar entre Huancavilca y Franco Dávila. 

Para Espinoza conocer de voltios, alambres y calidad es imprescindible en su trabajo. “Las personas no saben que no todos los focos calzan en todos los juegos y a veces por querer arreglar dañan sus luces”, explica este hombre que lleva diez años reparando esta clase de adornos. Sin embargo, él recuerda otros tiempos en que los pedidos no lo dejaban “ni descansar”, dice refiriéndose a cuando trabajaban en la explanada del Estadio Modelo y tenía cuatro veces más clientes.