El funcionario emitió una declaración  en la que afirmó que “este crimen que conllevó a la muerte a un individuo por su raza, no será tolerado en el condado de Suffolk. Los sospechosos serán acusados con todo el peso de la ley”.

El reverendo Allan Ramírez, activista hispano,  responsabilizó a Levy del acendrado sentimiento del odio racial en su condado “por su lucha contra los inmigrantes”.

La comunidad hispanohablante de Nueva York no olvida que en septiembre del 2006, Levy, afiliado al Partido Demócrata, se presentó como el heraldo de una ofensiva contra los inmigrantes promoviendo una ley para impedir que las empresas contraten a indocumentados o que los dueños de casas alquilen sus residencias a foráneos que no son residentes.

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Levy declaró en esa oportunidad que la medida era un instrumento vital para terminar con la inmigración ilegal en su condado. La iniciativa puso en aprietos a seis mil compañías y agencias y a más de 40 mil trabajadores, amenazados con penas de multas y posible cárcel.

Además creó la organización Coalición Nacional Alcaldes y Directores de Condados por la Reforma de Inmigración, destinada a perseguir a los inmigrantes y en la que pretendió unir a quienes, desde sus cargos públicos, emprendieron una cruzada contra  inmigrantes.

Para Luis Valenzuela, director ejecutivo de la Alianza pro Inmigrante de Long Island, no basta con solidarizarse con la familia Lucero y  la comunidad ecuatoriana. “Hay que denunciar por qué estos adolescentes pensaron que tenían vía libre para atacar salvajemente a otro ser humano”.

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Cuando se aprobó la llamada Ley Levy contra los inmigrantes el reverendo Allan Byron, de la organización Leading Long Island Latino Advocate, dijo a El Diario La Prensa que así se comprobaba que la legislatura de Suffolk estaba conformada por “políticos cobardes”.

El golpe más severo contra Levy lo dio el martes el influyente diario The New York Times en su editorial ‘Muerte en Patchogue’, donde  señaló que “un linchamiento en un suburbio de Nueva York debe ser más que suficiente para que el país reconozca la amarga realidad de que los latinos son objeto de la rabia contra la inmigración ilegal”. (RVR)