Una figura parecida, aunque con otras características de construcción y proporciones, se encuentra en una torre de oficinas de Caracas. Con ella suman dos tazas de estas dimensiones en Sudamérica.

El proyecto, cuya idea se inició hace doces meses y que significará un desembolso de un millón de dólares en los próximos cinco años, periodo en el que permanecerá la taza, se montó en la cima de la Subsecretaría del Ministerio de Agricultura y Ganadería (Magap).

Detrás de la obra publicitaria, la multinacional Nestlé  busca crear un mayor impacto visual de su marca de café y generar un mejor posicionamiento en el nivel de consumo, que en Guayaquil tiene un importante número de adeptos.

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María Elena Altamirano, gerente de Unidad de Negocios Café y Bebidas de Nestlé, sostiene que el 60% del consumo de café se encuentra en la Costa, frente al 40% de la Sierra. Del rubro que posee el Litoral, la urbe porteña representa un porcentaje parecido.

A más de la ubicación del edificio, que permite tener una visibilidad de la taza (que mide 18 metros) desde distintos puntos de la ciudad, Altamirano explica que el peso en las ventas que tiene la ciudad incidió también para que se instale la obra.

Nestlé encomendó el montaje de la estructura a la  compañía Video Sound Truck, que  firmó un convenio con la Subsecretaría del Magap, con el fin de usar la terraza. A cambio, la entidad recibió tres camionetas.

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Y aunque por ahora no se tienen datos de cuántas personas se fijan en la publicidad, al final, no solo se espera tener una mejor recordación de marca, sino más clientes.

Nestlé calcula que Ecuador tiene posibilidades de incrementar el consumo, debido a que el per cápita es de 110 tazas, cuando Colombia tiene un consumo cafetero de 210 tazas por persona al año.