El vicepresidente de la Reserva Federal estadounidense, Donald Kohn, mencionó el pasado miércoles una posible baja del consumo de los hogares en el tercer trimestre (de julio a septiembre pasados), que marcaría el primer retroceso de este indicador desde 1991.

Debido al aumento del desempleo y a las dificultades para obtener créditos, “los gastos de los consumidores bajaron entre junio y agosto, y están en vías de retroceder también en todo el tercer trimestre, lo que marcaría la primera baja trimestral desde 1991”, declaró Kohn en Nueva York.

Confirmó también el pronóstico pesimista concerniente a la economía estadounidense, todos de cuyos indicadores pasaron al rojo uno atrás del otro.

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El consumo es el motor del crecimiento en EE.UU., donde genera dos tercios del PIB. Su caída constatada desde comienzos de año fue compensada por una fuerte subida de las exportaciones (por la debilidad del dólar), que permitió que el crecimiento se mantuviera en positivo el segundo trimestre.