EE. UU.
A medida que los estadounidenses vamos emergiendo del Día del Trabajo, los estudiantes universitarios se están reuniendo en campus no solamente para empezar el semestre en el otoño, sino también, en algunos casos, para votar por primera vez en una elección presidencial.
No hay mayor tema en los campus en últimas fechas que el del ambiente y la energía.
De cara a esta elección, yo pensaba que –por vez primera– tendríamos una alternativa entre dos candidatos “verdes”. Esa opinión ya no sirve, y los estudiantes universitarios (y todos los demás) necesitan entenderlo.
Con su elección para vicepresidenta de Sarah Palin, la gobernadora de Alaska que ha promovido la perforación en el Refugio Nacional de la Vida Silvestre del Ártico, quien no cree que el ser humano esté desempeñando papel alguno en el cambio climático, John McCain ha completado su transformación yendo desde el republicano más ecologista que se postula a la presidencia de Estados Unidos a, meramente, otro representante de los grandes intereses petroleros.
Dado el hecho de que McCain evitó de manera deliberada votar en los ocho intentos por aprobar una iniciativa de ley que extendía los vitales créditos fiscales y subsidios de producción a fin de expandir nuestras industrias eólica y solar, y dado su respaldo hacia una reducción del impuesto a la gasolina en un imprudente regalo que tan solo fomentaría mayor consumo de gasolina e intensificaría nuestra adicción al petróleo, y dado su deseo de convertir el aumento en la perforación, no en la innovación en torno a la energía renovable, en el elemento central de su política energética –en un esfuerzo por engañar a los electores que apoyan la perforación hoy para que crean que eso, también hoy, se traduciría en precios más bajos en las gasolineras–, McCain ha renunciado a cualquier reclamo por convertirse en un candidato “verde”.
Así que, estudiantes, por favor, cuando McCain llegue a sus campus y extienda nuevos afiches de turbinas de viento y paneles solares, pregúntenle por qué ha estado él “AWOL” (acrónimo militar de “ausente sin permiso”) cuando llegó al Congreso de Estados Unidos el momento de brindarles respaldo a estas nuevas tecnologías.
“En el mes de junio, el Partido Republicano tuvo una reunión”, dijo Carl Pope, el director ejecutivo del Sierra Club. “Uno de los animales del rebaño que no había sido marcado –un despierto y viejo indomable de nombre John McCain– finalmente fue lazado. Después, lo marcaron con un gran sello que decía ‘Lazy O’, la marca de George W. Bush, donde la ‘O’ representa al petróleo. Adiós al indomable.
“Una de las últimas estrategias independientes de McCain que lo ponía en contra de la administración Bush era su oposición a la perforación en el Refugio Nacional de la Vida Silvestre del Ártico”, agregó Pope, “y, sin embargo, él ahora eligió a una compañera de fórmula que se ha opuesto a llamar a rendir cuentas a grandes empresas petroleras, la cual ha mostrado desdén hacia la energía alternativa, al tiempo que enfoca su trabajo en un aumento a la perforación petrolera en un refugio de la vida silvestre y frente a las costas de Estados Unidos. Si bien el extremo norte de su estado literalmente cae en el creciente Océano Ártico, Sarah Palin dice: ‘El jurado aún no vuelve con respecto al calentamiento mundial’. Ella es la que está colgando al jurado... y John McCain se lo va a permitir”.
De hecho, los muy publicitados choques de Palin con la industria petrolera han sido, en su totalidad, acerca de quién debería obtener más de las abundantes ganancias y no sobre cómo ponerle fin a nuestra adicción.
Barack Obama debería estar haciendo más por impulsar su agenda ecologista, pero cuando menos él tuvo el valor, al calor de unas elecciones primarias del Partido Demócrata, de no procurar a los electores mediante llamamientos por una eliminación del impuesto a la gasolina. Y aun cuando él ha defendido una expansión limitada de la perforación frente a las costas, se ha abstenido de engañar a los electores diciendo que esto sea, en forma alguna, una solución a nuestros problemas de energía.
Yo no estoy en contra de una limitada expansión de la perforación en estos momentos. Sin embargo, eso es un espectáculo aparte, por completo. Al machacarles constantemente a los electores que su énfasis sobre la energía está en “perforar, perforar, perforar”, McCain está desviando la atención de lo que debería ser uno de los temas centrales en esta elección: ¿Quién tiene el mejor plan con miras a promover la innovación masiva en torno a tecnologías de energía limpia y eficiencia energética?
¿Por qué? Porque las tecnologías de energía renovable –lo que yo llamo “ER”– van a constituir la próxima gran industria mundial. Rivalizarán y probablemente superen a la “TI” o tecnología informática. El país que dé origen a la mayoría de las empresas de tecnologías de energía renovable gozará de mayor poder económico, una ventaja estratégica y aumento en los niveles de vida. Los estadounidenses necesitamos asegurarnos de que ese sea Estados Unidos. Las grandes empresas petroleras y la OPEP quieren asegurarse de que no lo sea.
La nominación de Palin para vicepresidenta y su propio deseo de permitir trabajos de perforación en la espesura silvestre de Alaska “me recordaron un almuerzo que tuve hace tres años y medio con uno de los agregados de comercio de Rusia”, me dijo Edward Goldberg, consultor de comercio mundial. “Después de mucho vino, este caballero me dijo que su país se sentía muy satisfecho de que la administración Bush quisiera perforar en el ecosistema silvestre de Alaska. En su opinión, la cantidad de producto que se podría derivar efectivamente de ahí era insignificante en términos de necesidades. Sin embargo, significaba que la administración Bush no estaba planeando hacer nada para crear energía alternativa, lo cual, por supuesto, amenazaría el crecimiento económico de Rusia”.
Así que, estudiantes universitarios, no permitan que nadie les diga que en lo concerniente al tema del ambiente, esta elección no tiene tanta importancia. Es de importancia vital, y la alternativa no podría ser más blanco y negro.
© The New York Times News Service





