Según Washington Tapia, responsable del área de manejo del Parque Nacional Galápagos (PNG), este es un evento que se da todos los años en esta época, pero este año en particular ha habido un incremento debido a que el clima está muy cálido y húmedo, lo que seguramente permitió un mayor porcentaje de eclosión (salida del cascarón) de los huevos.

El proceso de apareamiento de las iguanas marinas se realiza entre febrero y marzo, las hembras excavan los nidos y ponen entre dos y tres huevos una sola vez al año, los mismos que salen del cascarón entre mayo y junio.

Tapia explicó que se realiza un mayor control de la población de los gatos, pues amenaza la supervivencia de los reptiles marinos.

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Esta supervisión permitió que este año lograran sobrevivir y migrar un alto número de iguanas recién eclosionadas.

Después de salir del cascarón, las iguanas marinas pesan entre 40 y 70 gramos, miden aproximadamente 10 centímetros (largo del cuerpo) y no podrán nadar hasta cumplir los dos años.

Estas  pasan obligatoriamente por la población de Puerto Ayora, lo cual las pone en constante peligro.

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Ante esto el PNG ha solicitado a la comunidad local tener  precaución al momento de transitar por las avenidas cercanas a las costas.

El PNG pidió además la colaboración de la Unidad de Protección Ambiental de la Policía Nacional, para que los vehículos circulen a menor velocidad en las zonas donde se ha visto  a las pequeñas iguanas.
También se recomendó a la comunidad no tocarlas, porque es un proceso natural de esta especie.

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La iguana marina de Galápagos  está considerada como vulnerable en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicnu). Los principales predadores introducidos son las ratas, gatos y perros.

Este es el único reptil en el mundo que puede permanecer hasta 45 minutos bajo el mar.