El movimiento indígena agrupado en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) marcó distancias con el gobierno de Rafael Correa y pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA) que vigile y se pronuncie sobre la intención oficial de no acoger el consentimiento previo de las comunidades antes de la explotación de recursos naturales.