Investigaciones preliminares indican que hay conexión de  narcotraficantes y la guerrilla colombiana.

Jaime Ortiz, jefe del Batallón de Infantería, dijo ayer que todo hace presumir que el laboratorio para el procesamiento de drogas que fue descubierto el miércoles en San Lorenzo, tiene conexiones con las FARC, que operan a 2 km del sitio donde fue hallada la edificación.

Miembros del Comando de Operaciones Norte, responsables de la custodia de la frontera, indicaron que frente al lugar donde estaba instalado el laboratorio opera la columna Daniel Aldana del Frente 29 de las FARC.

Encontrar pistas que permitan identificar quiénes son los dueños del gigantesco laboratorio para el procesamiento de drogas, hallado el pasado miércoles en una zona selvática de San Lorenzo, es la principal misión de los casi 100 infantes de marina que están en la zona.

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El capitán Ortiz confirmó  que en el  lugar no se halló ningún tipo de documentación que haga alusión a las FARC, aunque se encontró todo tipo de documentos, roles de pago, recibos de compras de productos en almacenes colombianos e incluso   una bitácora para el control de calidad de la droga que se procesaba en el  laboratorio.

“El campamento había sido construido con  las técnicas de seguridad necesarias, hay puestos de vigilancia, puertos de embarque y desembarque. La zona está  protegida y camuflada en medio de la vegetación selvática”, dijo Jaime Ortiz.

El hallazgo de este laboratorio se produjo debido a que los miembros del Batallón de Infantería de San Lorenzo están realizando un ejercicio de entrenamiento contra guerrillas y además operaciones ribereñas en el área de frontera.

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La estructura está tan bien diseñada que el Comando de Operaciones Norte solicitará al Consejo Nacional de Sustancias Psicotrópicas (Consep) que el campamento no sea destruido y que esta edificación, una vez que se retiren todos los implementos para procesar la droga, sea convertida en una base militar de la Infantería de Marina que sirva como puesto de avanzada para los soldados que patrullan la zona de frontera.

Mientras que el fiscal que estuvo en el lugar, y que solicitó mantener su nombre en reserva, dijo que se pedirá al INDA información sobre la identidad de los dueños de la propiedad donde estaba el laboratorio, aunque se sospecha que sean  terrenos libres, debido a que el sitio está prácticamente en medio de la selva ecuatoriana.

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Las edificaciones, construidas a base de madera y cubiertas con plásticos con colores no llamativos como el verde o el negro, son invisibles desde el aire debido a que los árboles impiden su visualización. Se sospecha que sus ocupantes  abandonaron el lugar   antes de la llegada de los infantes de marina y alcanzaron a sacar la droga.