Los 21 votos del bloque DN inclinan la balanza para armar mayorías. 

Las dirigencias de los partidos cuyos diputados fueron destituidos (Prian, SP y PSC) desconocían en su totalidad o parcialmente a sus alternos que entre martes y jueves pasados llegaron al Congreso a principalizarse. Un ejemplo es el de Lucio Gutiérrez, líder de SP, quien tenía una mínima referencia de los alternos de su partido que acudieron el primer día al Parlamento.

Desconocidos, relegados y hasta cierto punto olvidados por las dirigencias del Prian, SP y PSC. Así se sentían  los alternos que, entre el martes y jueves de esta semana, llegaron hasta el  Congreso para principalizarse.

Un ejemplo. El líder de SP, Lucio Gutiérrez, apenas tiene una mínima referencia de 15 de los 24 diputados suplentes de su agrupación; de ellos, 9 acudieron el martes  a la sesión convocada por el titular del Congreso, Jorge Cevallos (Prian), sin autorización del partido.

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En la central de SP, en cambio, solo tenían los números telefónicos de cuatro de ellos.

En el Prian la historia es similar. Gloria Gallardo, diputada destituida y una de las voceras de su partido, en más de una ocasión respondió: “No los conozco a todos. Llamen a los principales”. Y así se hizo.

Pero lo más revelador fue que ni ellos conocían a sus alternos. Así  sucedió, por ejemplo, con Freddy Bravo (Loja) y Gisella Saltos (Los Ríos). Ambos dijeron desconocer cualquier detalle sobre sus reemplazos. 

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Algo más de información se encontró en el PSC, en donde los registros de varios suplentes fueron entregados con rapidez, aunque otros no se conocían.

Por el momento, estos tres partidos, junto a la fragmentada UDC, pasaron de ser la “mayoría anticonstituyente”, “la aplanadora” y “la empacadora”, a la minoría de oposición, carente de un líder que los aglutine.

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Empezaron el 5 de enero consolidados como un bloque de oposición a la Constituyente con 28 diputados del Prian, 24 de SP, 13 del PSC y 5 de la UDC; mientras que la minoría -con la ID, MPD, Red Ética y Democracia, Socialismo, Pachakutik, Nuevo PAÍS y ARE-  era el bloque a favor de la Asamblea.

El ex mandatario   Gutiérrez fue una pieza clave en la integración de esa mayoría, aunque su comportamiento político desconcertó al Gobierno por anunciar primero un apoyo frontal a la Asamblea, tras un acuerdo en el hotel Dan Carlton, y luego con sus votos sustituir al presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Jorge Acosta (SP), por convocar a la consulta popular, pese a que fue su hombre de confianza.

SP marcó, en los dos primeros meses de Congreso, el protagonismo al momento de armar mayorías. El primero fue la destitución de las diputadas de SP, Ximena Bohórquez  e Irina Vargas, por respaldar justamente el referéndum de la Asamblea.

En medio de la pugna, los diputados eligieron a Francisco Cucalón, afín al Prian, como Fiscal del Estado, aunque después retrocedieron y nombraron a Jorge German, de la terna del Consejo de la Judicatura.

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Con el afán de captar poder, la mayoría reestructuró las 18 comisiones legislativas donde las minorías con 31 votos (PK, ID, RED, PRE, MPD, PSFA, NP y  ARE) quedaron relegadas. Asimismo, integró la terna para elegir al Contralor del Estado a favor de Carlos Pólit, colaborador de Lucio Gutiérrez.

La destitución de los 57 llevó a una paralización de actividades legislativas por trece días en los que el Prian, SP, PSC y UDC pugnaban por ser restituidos e incluso dos veces intentaron ingresar a la fuerza al Congreso.

Pero luego de una reunión en una hostería en Puembo, los 21 alternos resguardados por la Policía ingresaron el martes pasado al pleno del Parlamento para reinstalar las sesiones.

Nuevamente los sectores de la oposición cedieron y el jueves enviaron a sus alternos a posesionarse hasta que el TC se pronuncie sobre este tema.

Hasta el momento, el Prian se quedó con 18 legisladores, SP perdió a 9 de 24 y los socialcristianos se redujeron de 13 a 11.