El mal estado de la refinería de Esmeraldas obligó a las autoridades de Petroindustrial a pedir al presidente ejecutivo de Petroecuador que declare en estado de emergencia a la planta, construida en 1978. La refinería procesa el 65% de todo el combustible que el país produce y el 40% del que consume.

¿Qué las motivó? El paro adelantado de la Unidad de Craqueo Catalítico Fluido (FCC), identificada por los técnicos como el corazón de la refinería porque produce naftas de alto octano y gas doméstico (GLP).

La unidad debía entrar en mantenimiento en julio próximo, pero un problema técnico les obligó a apagar motores el 15 de febrero pasado.

Publicidad

“El daño es considerado grave dentro de la unidad”, dijo Diego Tapia, vicepresidente de la filial. La solicitud de emergencia ingresó a Petroecuador el lunes pasado y ayer estaba en la Procuraduría (de la empresa) a la espera del aval y del procedimiento reglamentario, antes de ingresar a la Presidencia para su firma y ejecución.

Como el daño de la unidad FCC alertó a las autoridades de Petroindustrial, estas decidieron no insistir en la licitación de los trabajos de rehabilitación de la refinería y asumir la ejecución de esta tarea.

El concurso será declarado desierto. Tapia afirmó que no hubo ofertas a pesar de tener dos compañías interesadas.

Publicidad

La intención es reparar 35 sistemas “de manera urgente” a un costo de $ 121 millones. La labor demandará dos años y se ejecutará de manera paulatina; la refinería no se detendrá en ningún momento, según lo previsto por la petrolera estatal.

Tapia aclaró que, pese a la situación crítica, algunos elementos de la planta industrial continúan trabajando; por ejemplo, el sistema de destilación y la tratadora de diésel y diésel premium, de uso exclusivo para Quito.

Publicidad

Entre tanto, las otras refinerías con las que cuenta el país (Shushufindi y La Libertad) operan con normalidad.