El cultivo del ají, planta  originaria de América Central y del Sur, se remonta a más de 6.000 años,  precediendo incluso la invención de la alfarería, según un estudio publicado  este jueves en la revista Science.

Un equipo internacional de investigadores rastreó la larga historia del  pimiento cultivado, analizando microfósiles de almidón hallados sobre piedras que fueron utilizadas para moler las semillas de esta planta. Se trata de los  registros más antiguos conocidos hasta ahora.

Estas huellas de almidón fueron encontradas en siete zonas, de las que las  más antiguas están en Ecuador, con una edad estimada en 6.100 años.

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"Se pensaba que los antepasados de las grandes civilizaciones de tierras  altas, como las incas y las aztecas, fueron los responsables de la mayoría de  los progresos agrícolas y culturales de la región", indicó Scott Raymond,  arqueólogo de la universidad canadiense de Calgary.

"Ahora tenemos pruebas de que debemos el cultivo del pimiento a los pueblos  originarios de zonas tropicales y tierras bajas de América Latina", agregó.

Al parecer, los procesos culinarios no eliminan todos los rastros de los pimientos, por lo que los restos de los recipientes en los que éstos se cocinaron, permitieron a los investigadores determinar el origen de este alimento.

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De esta manera, el hecho de que las áreas secas y áridas favorezcan la conservación de restos arqueológicos, y que, sin embargo, las regiones tropicales normalmente la dificulten, no impidió que se rastreara el origen de estos vegetales.

"Hasta hace poco se creía que los ancestros de las civilizaciones altiplánicas, como los incas y los aztecas, fueron responsables de muchos de los avances agrícolas y culturales de la región", explicó Scott Raymond.

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De acuerdo con el estudio, Ecuador es el lugar más antiguo en el que se encontraron granos de almidón de pimientos picantes, de entre los siete sitios en los que se hallaron rastros de este alimento en el continente americano.

Los granos ecuatorianos, descubiertos en Loma Alta y Real Alto, datan de hace 6.100 años aproximadamente, mientras que los encontrados en otras zonas del continente presentan una antig edad de entre 5.600 y 500 años, según las muestras examinadas por el equipo liderado por Raymond.

Pero, a pesar de su origen latinoamericano, el pimiento picante no se quedó en las Américas y cuando los europeos llegaron al continente también lo incluyeron como un ingrediente más de su gastronomía.

Y no es para menos porque el pimiento picante tiene mucha vitamina C. "Además es un ingrediente excelente para disimular otros sabores: si algo no agrada al paladar, basta con añadir un par de pimientos picantes", según recomienda Raymond.

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