El escaso suministro de mascarillas contra el Síndrome Respiratorio Agudo y Severo (SARS) en las áreas rurales de China hizo que muchos campesinos fabriquen sus propias mascarillas al utilizar sujetadores (sostenes).

El método para convertir la prenda interior femenina en un preventivo contra la epidemia no puede ser más sencillo: se la corta por la mitad y ya se dispone de dos mascarillas, con casi el mismo aspecto que las reales. “Alguien me contó la idea, así que decidí probar, a ver si funcionaba”, comentó a la prensa china un campesino, que según los reporteros lucía una mascarilla-sujetador de color rojo fantasía.

Varias fábricas de ropa interior de China han decidido estos días abandonar la producción habitual y dedicarse por completo a la elaboración de mascarillas no homologadas, más sencillas de hacer y mucho más rentables en estos días de pánico al SARS.

Publicidad

Pese a la amenaza de la neumonía atípica, que afecta a más de 4.600 personas en China, los ciudadanos de este país intentan tomarse el permanente estado de alarma con filosofía y hasta con un poco de humor, sobre todo a la hora de comentar el hecho de que casi todo el mundo va con mascarilla por la calle.

Otro hecho curioso que comenta estos días la prensa local es que el miedo a la enfermedad ha hecho que muchos ciudadanos chinos hayan recuperado el saludo tradicional chino, en el que los dos que lo practican se dedican una leve reverencia y no se tocan.