Si padeces diverticulitis, síndrome de intestino irritable, hemorroides o simplemente estás luchando para perder peso tienes en la avena a una gran aliada.

Este es uno de los alimentos más importantes en la dieta debido a su alto valor nutricional, ya que aporta los tres principales macronutrientes que el cuerpo necesita, carbohidratos, proteínas y lípidos; y micronutrientes como fósforo, hierro, calcio, zinc, magnesio, vitaminas B1, B2, B6, C y E.

Pero además, la avena cumple un rol fundamental en el buen desempeño del sistema digestivo ya que contiene una gran cantidad de fibra que contribuye al correcto tránsito intestinal, según Francisca Cifuentes, asesora nutricional de Pasteurizadora Quito.

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La fibra que contiene la avena estimula los movimientos peristálticos del intestino, lo que ayuda a acelerar el tránsito intestinal; tiene efectos prebióticos al estimular el crecimiento de bacterias saludables del intestino, efecto que se va incrementado cuando se combina con alimentos probióticos como el yogur.

Posee mucílagos, un tipo de fibra soluble que retiene agua que ayuda a la evacuación de los alimentos.

Cifuentes añade que este cereal controla el azúcar en la sangre, contribuye a la pérdida y control de peso porque su fibra aumenta la sensación de saciedad y ralentiza el metabolismo de carbohidratos. Una alimentación rica en fibra puede reducir el riesgo de hemorroides asociada a los problemas de estreñimiento.

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Además, contiene dextrina, maltosa y glucosa, estas son sustancias muy asimilables que el organismo convierte fácilmente en energía. Posee betaglucanos que absorben y atrapan los ácidos biliares ayudando a disminuir  el colesterol malo. “La avena contiene avenasterol, un fitosterol que es similar al colesterol, que ejerce la acción de impedir la absorción del colesterol en el intestino”, señaló la experta. (F)