El agua es importante para el ser humano, de hecho esta integra las 2/3 partes del peso corporal. La pediatra nutrióloga Cecilia Cedeño menciona que este líquido interviene en funciones fisiológicas como la digestión y la respiración. Según investigaciones recientes, es vital para el cerebro, “hace que funcione correctamente (favorece discurrir mejor)”.

Además, el consumo de las bebidas satisface, por término medio, el 80 % de las exigencias de agua del organismo, en comparación con los alimentos que solo lo hacen en el 20 %. Ella refiere que los especialistas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinan que en la infancia las necesidades son de acuerdo con la edad del niño o niña, de 2 a 8 años se recomienda un consumo mínimo de 1 a 1,5 litros de agua pura al día.

Se sugiere que puede aumentar por diversas situaciones esta medida: temperaturas muy elevadas, ejercicio excesivo, fiebre, vómitos, diarreas, entre otras.

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En tanto, Galo Reyes, pediatra-neonatólogo de Aprofe y jefe de la Unidad de Neonatología del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, menciona que en la parte física el escolar es muy activo y está empeñado en perfeccionar sus distintas habilidades motoras, lo que significa llevar al límite sus estructuras anatómicas y fisiológicas. Se habla de niños sanos.

“La correcta hidratación es uno de estos factores que son pilar fundamental para conservar la homeostasis, el equilibrio en el funcionamiento corporal y de la vida misma”, añade el especialista.

Dice que se debe tener una correcta hidratación cuando se es niño, así como en esta región calurosa y en esta situación de la escolaridad.

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El agua activa el cerebro para:

- Mantener la eficiencia de los impulsos eléctricos y la química cerebral entre el cerebro y el sistema nervioso.

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- Más eficiencia en el almacenamiento y recuperación de datos.

- La hidratación adecuada mejora todas las habilidades académicas.

- Mejora la adaptación y manejo de situaciones estresantes, como rendir exámenes.

- Mejora la concentración.

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- Mejora la coordinación mental y física.

Adecuada hidratación de los niños

Etapa escolar entre 6 y 11 años.

Usar ropa adecuada, no ajustada, que sea absorbente del sudor (principalmente algodón).

Salir bien hidratado de casa a la escuela (desayunado).

Llevar agua pura para que puedan satisfacer la sed.

Enseñar a los niños a tomar agua –no jugos azucarados– desde los 6 meses de edad. Por eso se enseña a comer las frutas enteras, en zumo o en papilla, y no en jugos que llevan azúcar.

La sed es la señal perfecta de la necesidad de agua. No prohíbas que tomen agua.

En las escuelas debe haber facilidades para tomar agua potable: surtidores de agua.

Aulas bien ventiladas o con aire acondicionado.

Patios con suficientes áreas bajo sombra para evitar insolación y deshidratación.

Baterías sanitarias suficientes para comodidad de los alumnos.

Los niños deben hidratarse cuando juegan al aire libre, sobre todo, durante días muy calurosos. Pídeles que beban líquido antes de empezar a jugar y llámalos con frecuencia para que descansen y tomen bebidas.

Recuerda que existe una gran variedad de alimentos con alto contenido de agua que contribuyen al consumo total de líquidos, como las frutas, las verduras, las sopas y hasta las paletas de helado.

Platica con tus hijos sobre los beneficios del agua.

En casa predica con el ejemplo, tú también toma agua. (I)