El Niño, La Niña y otros nombres de fenómenos atmosféricos
Los nombres propios que se refieren a fenómenos atmosféricos deben escribirse con mayúscula inicial en todos sus componentes, excepto en los sustantivos genéricos que suelen acompañarlos.

De esta manera, las denominaciones El Niño, La Niña y El Niño Modoki llevan mayúscula inicial incluso en el artículo, porque este forma parte del nombre. Pero la palabra fenómeno debe ir en minúscula, a no ser que con ella empiece el enunciado.

Estos nombres no llevan resalte tipográfico (cursivas, negritas o comillas). Ejemplos: El fenómeno de El Niño. Fenómeno La Niña. No es correcto contraer el artículo con las preposiciones a y de, así: El fenómeno del Niño. Las fuertes lluvias se le atribuyen al Niño.

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Es «cumulonimbus» o cumulonimbos
En español se recomienda el nombre cumulonimbo, cuyo plural es cumulonimbos. Tiene género masculino y se escribe sin ningún resalte tipográfico.

El cumulonimbo, según el Diccionario de la lengua española, es una nube oscura que forma frentes muy altos y provoca violentas tormentas. Ejemplo: Un cumulonimbo oscureció el norte de Guayaquil.

La palabra cumulonimbo se originó de cúmulo (del latín cumulus) y nimbo (del latín nimbus). Por lo tanto, si se opta por la grafía latina, debe escribirse en cursiva, comillas u otro resalte tipográfico. Ejemplo: ‘Cumulonimbus’, nube que asustó a guayaquileños (EL UNIVERSO [Ec.] 3.2.2017).

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Las denominaciones de los vientos
Estos nombres se escriben en minúscula (austro, levante, monzón, céfiro, bóreas, tramontana, etc.), pero van con mayúscula inicial cuando aluden al personaje mitológico del que se derivan o cuando están personificados en textos poéticos o en relatos mitológicos. (F)

FUENTES:
Diccionario de la lengua española (2014), Ortografía de la lengua española (2010) y Diccionario panhispánico de dudas (2005), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.